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PREPARADOS PARA SERVIR EN EL REINO

 


Desde el principio de los tiempos en la pre-existencia Nuestro Padre Celestial vio necesario que nosotros sus hijos obtuviéramos conocimiento, con el fin de estar preparados para venir a esta tierra, y solo cuando estuvimos preparados se nos concedió el privilegio de nacer, tomando cuerpos de carne y huesos, y así ser probados en TODAS LAS COSAS.


El camino del aprendizaje no tiene fin, día a día obtenemos conocimiento tanto de las cosas buenas como de las malas.



El presidente N. Eldon Tanner expresó lo siguiente  en el Seminario de Representantes Regionales de  abril de 1971). Dijo:  “Nuestra Iglesia siempre nos ha pedido a los miembros que estudiemos y aprendamos todo lo que podamos en cuanto a nosotros mismos, en cuanto a la historia y la geografía, las ciencias, el universo y, sobre todo, en cuanto al Evangelio de Jesucristo” (Seminario de Representantes Regionales, abril de 1971).

 

Desde la época de la restauración del Evangelio, la Iglesia siempre ha alentado a los miembros para que estudien; inclusive en los primeros días de la Iglesia, cuando había muchos problemas, el Señor instruyó a José Smith para que organizara escuelas tanto para niños como para adultos. Aparte del estudio del Evangelio, esas escuelas también ofrecían clases de historia, de idiomas, de gramática, de matemáticas y de otras materias. En la actualidad, la Iglesia dedica mucho de su dinero, de sus esfuerzos y de su tiempo para respaldar la educación; de entre esos esfuerzos podemos mencionar el Sistema Educativo de la Iglesia, el que se estableció con el fin de ayudar a satisfacer las necesidades educacionales de los miembros…



Mis hermanos y hermanas nosotros como Santos de los Últimos Días siempre debemos estar preparándonos y estudiando sobre Filosofia, Ciencias, Teologia, Sobre la importancia de las ordenanzas del santo templo del señor, etc.


Leemos en D y C 88 versos 77 al 80

77 Y os mando que os enseñéis el uno al otro la doctrina del reino.

 

78 Enseñaos diligentemente, y mi gracia os acompañará, para que seáis más perfectamente instruidos en teoría, en principio, en doctrina, en la ley del evangelio, en todas las cosas que pertenecen al reino de Dios, que os conviene comprender;

 

79 de cosas tanto en el cielo como en la tierra, y debajo de la tierra; cosas que han sido, que son y que pronto han de acontecer; cosas que existen en el país, cosas que existen en el extranjero; las guerras y perplejidades de las naciones, y los juicios que se ciernen sobre el país; y también el conocimiento de los países y de los reinos,

 

80 a fin de que estéis preparados en todas las cosas, cuando de nuevo os envíe a magnificar el llamamiento al cual os he nombrado y la misión con la que os he comisionado.

Hermanos! El señor nos a proporcionado en estos tiempos libros en su iglesia que nos ayudan a comprender más sobre su evangelio, tenemos manuales de seminario e instituto, tenemos libros de los presidentes de la iglesia y los manuales de administración de la iglesia, algunos de estos están disponibles para que los miembros de la iglesia aprendamos la manera de administrar y ministrar del señor.

Al estudiarlos nos prepararemos para cuando seamos llamados a servir, y al mismo tiempo cometeremos menos errores en nuestros llamamientos, estaremos más en armonía con los hermanos y líderes, y sobre todo el espíritu santo nos hará saber que nuestros líderes están siendo guiados por el señor.

Durante los años que tengo de miembro y soy miembro desde 1993 he visto como la iglesia ha crecido, como se ha adaptado a los cambios del mundo con el fin de que los Santos de los Últimos Días progresemos, pero también eh visto Excelentes lideres preparados, conocedores del evangelio y los manuales,  y eh visto a hermanos con llamamientos, con poca preparación y a hermanos que recién regresan a la iglesia o que tienen poco de miembros y son puestos en llamamientos de relevancia en la iglesia, y al no conocer la forma de administrar y ministrar del señor han cometido errores, y en algunos casos hermanos se han alejado debido a la mala ministración.

En este punto no se mal interprete hermanos, el señor seguirá llamando a buenos hermanos y hermanas de buen corazón que están dispuestos ayudar, pero es importante que tengan la disposición de aprender con humildad, y si es necesario aceptar la corrección de los lideres, con el fin de ser mejor cada día y seguir edificando la iglesia de Jesucristo en este tiempo.

Como en ocasiones hemos leído o escuchado Y LA VERDAD OS HARA LIBRES.

En este punto hermanos al leer las escrituras y manuales de la iglesia obtendremos el conocimiento para distinguir si algún líder está haciendo bien las cosas, nadie es perfecto, ni lo seremos en esta vida, pero el señor desea que existan menos errores en la iglesia. Y que no existan hermanos que amen más al líder que al señor.

El presidente Uchdorft dijo lo siguiente en una charla para jóvenes adultos solteros en Enero del 2013

La invitación de confiar en el Señor no nos exime de la responsabilidad de saber por nosotros mismos. Esto es más que una oportunidad; es una obligación, y es una de las razones por las que se nos envió a la tierra.

 

A los Santos de los Últimos Días no se les pide que acepten a ciegas todo lo que oyen; se nos alienta a pensar y a descubrir la verdad por nosotros mismos; se espera que meditemos, que busquemos, que evaluemos y que, mediante ello, lleguemos a un conocimiento personal de la verdad.

 

Brigham Young dijo: “Me preocupa que esta gente confíe tanto en sus líderes y que no trate de preguntar a Dios por sí misma si tales líderes están siendo dirigidos por Él. Temo que se conformen con vivir en un estado de ciega certidumbre… Todo hombre y toda mujer debe saber, mediante la inspiración que el Espíritu de Dios les conceda, si sus líderes están… andando por el camino que el Señor les señala”.

Ojo aquí hermanos, con esto no quiere decir que van estar en contra de los lideres, sino que, mediante el estudio de las escrituras y manuales de la iglesia, nosotros sabremos por medio de espíritu santo que nuestros líderes están haciendo bien las cosas.

Entonces hermanos ¿Cuál es el verdadero propósito de obtener conocimiento?

El conocimiento que tengamos sobre la gente y el mundo que nos rodea nos ayuda a edificar el Reino de Dios; de este modo, mejoraremos la manera de enseñar el Evangelio a más personas. Además, a medida que los Santos de los Últimos Días lleguen a ser bien respetados en sus profesiones, ya sean médicos o expertos carpinteros, se convierten en ejemplos que pueden influir de tal manera en la vida de otras personas que éstas deseen aprender más sobre la Iglesia.

 

La educación es importante no solamente porque sirve como una herramienta misional, sino porque a la vez sirve como una fuente de refinamiento en todos los aspectos de la vida.

 El presidente David O. McKay declaró una vez: “La verdadera educación consiste no tan sólo en aprender acerca de unos pocos hechos relacionados con la ciencia, la historia, la literatura o el arte, sino en el desarrollo del carácter… La verdadera educación inculca la negación a sí mismo y el autodominio, a la vez que disciplina el temperamento, subyuga la pasión y hace de la obediencia a las leyes sociales y morales un principio rector de la vida…

(Secrets of a Happy Life, págs. 46–47).

Entonces mi hermanos, es importante que nos preparemos y seamos una luz, seamos una guía para aquellas personas que no son miembros de la iglesia.  Debemos tomar los libros de la iglesia todos los días y no solo los Domingos, el señor en estos años nos ha dado ven sígueme, este año tenemos el libro de Mormón en la escuela dominical, pero el señor desea que aprendamos más, que no nos quedemos con esa pequeña porción de conocimiento, El señor de sea que estemos preparados para servir en su iglesia.

Mis queridos hermanos y hermanas.

Nuestros hijos pueden aprender las lecciones de la vida observando la perseverancia y la fortaleza de Nefi; la devoción de los tres nefitas; la fe de Abraham; el poder de Moisés; el engaño y la perfidia de Ananías; el valor que tenían los fieles ammonitas, que ni a la muerte temían; la invencible fe que las madres lamanitas transmitieron a sus hijos, tan fuerte que salvó a los soldados jóvenes de Helamán. No hubo uno solo que muriera en aquella guerra.

 

A lo largo de las Escrituras, se ha descrito toda debilidad y toda fortaleza del hombre, y se han registrado las recompensas y los castigos. Habría que ser ciego para no aprender a llevar una vida apropiada leyendo todo eso. El Señor dice: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39). Ese mismo Señor y Maestro es aquel en cuya vida encontramos toda buena cualidad: santidad, fortaleza, dominio, perfección. ¿Cómo podría alguien estudiar esa grandiosa historia sin captar algo de ella y aplicarlo en su manera de vivir? 7

 

En ellos [los libros canónicos] están las biografías de los profetas y de los líderes y del Señor mismo, que nos ofrecen ejemplo y dirección para que, al seguir esos ejemplos, las personas se perfeccionen, sean felices, estén llenas de gozo y hagan de la eternidad su meta y expectativa

Hay todavía muchos santos que no leen las Escrituras ni meditan en ellas regularmente y que tienen escaso conocimiento de las instrucciones que el Señor ha dado a los hijos de los hombres. Muchas personas se han bautizado y han recibido un testimonio, han “entrado en esta estrecha y angosta senda” y, sin embargo, no han dado el paso adelante que se requiere: seguir “adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo”, y perseverar “hasta el fin” (2 Nefi 31:19–20; cursiva agregada).

 

Sólo los fieles recibirán la recompensa prometida, que es la vida eterna, porque no se la puede recibir sin llegar a ser “hacedores de la palabra” (véase Santiago 1:22) y valientes en la obediencia a los mandamientos del Señor. Y no se puede llegar a ser “hacedores de la palabra” sin ser primero “oidores”; y para ser “oidores”, no es suficiente con limitarse a estar quietos y esperar que le vengan por casualidad pequeñas porciones de información, sino que debemos buscar, estudiar, orar y comprender. Por eso, el Señor dijo: “Y el que no recibe mi voz no conoce mi voz, y no es mío” (D. y C. 84:52)


BIBLIOGRAFIA:

Deberes y bendiciones del Sacerdocio, Parte B
Lección 26 En busca de conocimiento

¿Qué es la verdad?

Dieter F. Uchtdorf De la Primera Presidencia

D Y C 88: 77- 80

Enseñanzas de los Presidentes de la iglesia Spencer  W. Kimball
Como descubrir nosotros mismos las escrituras  Cap.6

(D. y C. 84:52)

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