EL TIEMPO EN LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA

Agradezco por la entera confianza de mi querido hermano Fernando Illanes por confiarme parte de su trabajo, el cual presento ante ustedes, esta parte de su trabajo es de su libro titulado ´´Dios, Tiempo y Espacio´´ El cual aun no a sido publicado. 
NO se olviden  de compartir, comentar y darle seguir para próximos artículos del BLOG.

Nota: Las imágenes no pertenecen al trabajo de mi amigo Fernando Illanes.




EL TIEMPO EN LA CAÍDA DE ADÁN Y EVA.- Una vez terminada La Creación de la Tierra, las Escrituras creacionistas inmediatamente nos relatan un escenario paradisiaco llamado Jardín de Edén que estaba en el oriente. Es esencialmente doctrinal el entender que el Jardín de Edén no era una morada en la que Dios establecería el hogar definitivo del hombre. El Jardín de Edén era el escenario en el que Adán y Eva “abrirían las puertas” a los demás espíritus para poder venir a poblar la Tierra. No había intención alguna de parte de Dios para que Adán y Eva se quedaran en Edén. Dios explica a Adán y Eva que hay un árbol que contiene un fruto muy “deseable” pero que su consecuencia era que al ser comido ocasionaría la mortalidad, y Dios le dice a Adán y Eva que si ellos querían vivir para siempre allí en el jardín entonces les era prohibido que participaran de este fruto, sin embargo, tenían libertad para elegir si quedarse o no, ya sea comiendo o absteniéndose del fruto prohibido. Lucifer engañaría a Eva para que ella participara del fruto pero las intenciones de Lucifer tenían una naturaleza de rebeldía y desobediencia, y no por ayudar al Plan del Padre, porque al fin de cuentas, haber participado del fruto ayudó al Plan….. PARTE RETENIDA POR SER UNA PRUEBA GRATIS…….

 Una vez que participaron del fruto, hubo cambios radicales para el hombre, la Tierra y toda forma de vida en el futuro. Se debe saber que el relato del Jardín de Edén tuvo diferencias de interpretación y criterios dentro del mismo apostolado de la iglesia. Algunos apóstoles como John A. Widtsoe, James E. Talmage y B. H. Roberts entre otros, creían e impartían que el relato del Jardín de Edén y la Caída de Adán y Eva eran la mayoría, sino todo, un relato textual o literal de cómo sucedieron la cosas. O sea, estos apóstoles mencionados creían que Adán y Eva efectivamente habían comido el fruto de un árbol. Sin embargo otros apóstoles, entre ellos, Joseph Fielding Smith y Bruce R. McConkie –y algunos eruditos en escritura hebrea antigua miembros de la iglesia– creían y afirmaban que los sucesos del relato de La Caída de Adán y Eva eran figurativos o simbolismos hebreos. Bruce R. McConkie dijo: “El relato nuevamente habla de manera figurativa. El significado de participar del bien y del mal es que nuestros primeros padres cumplieron con aquellas leyes requeridas para que sus cuerpos cambiaran de su estado paradisíaco e inmortal a un estado de mortalidad natural.” (McConkie, “Cristo y la Creación”) Su hijo, Joseph Fielding McConkie, experto en Escritura Hebrea Antigua refuerza la idea de Élder McConkie: “Si razonáramos que el fruto en sí fue lo que produjo la modificación en los cuerpos de Adán y Eva, deberíamos suponer, entonces, que nuestros primeros padres ofrecieron el fruto a todas las cosas vivientes que existían sobre la faz de la tierra. Si no lo hubieran hecho, "todas las cosas que fueron creadas tendrían que haber permanecido en el mismo estado en que se hallaban después de ser creadas; y habrían permanecido para siempre, sin tener fin." (2 Nefi 2:22; ver también Moisés 3:9). Toda planta y todo animal, incluyendo toda vida marina y las aves del aire, hubieran tenido que comer parte de este fruto (y también hubieran sido instruidos para no ingerirlo, ya sea por designio o accidente antes de ese momento). ¿Qué decir de la serpiente que sedujo a Eva para que ingiriera el fruto prohibido? ¿Acaso los animales del Edén tenían la capacidad de conversar en el idioma de los hombres, como lo sugieren algunas antiguas tradiciones? ¿Entonces para Eva era un hecho natural conversar con una serpiente? ¿Y qué decir de la maldición que le obligó a la serpiente arrastrarse sobre su vientre y comer el polvo de la tierra? ¿Acaso esto sugiere que una vez las serpientes se erguían, con brazos y piernas, como con tanta frecuencia se las describe en los antiguos dibujos egipcios? La pregunta clave es: ¿Satanás poseyó el cuerpo de una serpiente y habló a Eva por ese medio, o Moisés eligió describir el enfrentamiento de Eva con el padre de las mentiras como una conversación con una serpiente, porque la serpiente es una metáfora sumamente clara para dramatizar la naturaleza sutil, ladina y peligrosa del diablo? Poco importa si una serpiente fue en realidad el agente del engaño en el relato del Edén o si fue meramente una representación metafórica del diablo. Ninguno de estos puntos de vista cambia la integridad de la historia ni la altera. No obstante, si suponemos que la ingestión del fruto prohibido es una representación figurativa de lo que realmente produjo la transformación de la tierra desde una esfera paradisíaca a una natural o mortal, podríamos concluir que la serpiente parlante también pudo haber sido figurativa. Entonces, ¿a qué conclusión llegamos respecto del relato del Edén? ¿Fue figurativo o literal? Respondemos por medio de la comparación. Esta, al igual que la ceremonia del templo, es una rica combinación de ambos. Nuestros templos son reales, el sacerdocio es real, los convenios que celebramos son reales, y las bendiciones que se nos prometen por obediencia son reales. Sin embargo, la forma de enseñanza puede ser metafórica. Somos como actores sobre un escenario. Actuamos e imaginamos. En realidad no avanzamos de un mundo a otro en el templo, sino que se nos enseña con representaciones figurativas que es lo que podrá ser y será.” (J. F. McConkie, “Adán el Hombre” pág. 27) 

Haya sido figurativo o textual el desarrollo de La Caída de Adán y Eva, sea por comer un fruto o no, poco importa. Lo que importa son los efectos y trascendencia de La Caída, los cuales fueron que entraron la mortalidad, la capacidad de procreación, discernimiento del bien y del mal y la naturaleza carnal, sensual y diabólica que incita al hombre a pecar y rebelarse contra Dios pero a la vez la oportunidad para demostrar que la carne puede sujetarse al espíritu. Élder McConkie nos dice: “No sabemos más acerca de cómo se produjo la caída que lo que sabemos acerca de como Dios creó la tierra y la hizo girar a través de los cielos en su estado paradisíaco.” (McConkie, New Witness for the Articles of Faith, chapter 2) no obstante, sabemos que a raíz de La Caída, la Tierra cayó hasta su órbita Telestial actual, porque hasta antes de La Caída la Tierra se encontraba en una órbita Terrestre, que es cerca de la órbita de Kolob la cual está cerca de la morada celestial del Padre. Esto no debe pasar por desapercibido puesto que, como ya sabemos, el EspacioTiempo es como un lienzo que sostiene a los planetas y astros, y que en algunos lugares el Tiempo avanza más lento que en otros; por ejemplo, mientras que aquí en la Tierra 24 horas nos parecen precisamente 24 horas, en Kolob si estuviéramos allí 24 horas, nos parecerían también 24 horas pero en la Tierra estarían pasando 1,000 años al mismo tiempo de esas 24 horas. Albert Einstein dijo que hay infinitos lugares en el universo donde nuestro pasado es el futuro, como también, que hay infinitos lugares en el universo en donde nuestro futuro es el pasado para ese lugar, puesto que hay innumerables observadores, no hay un "pasado, presente y futuro" universal. Hay innumerables estrellas, planetas y satélites, y cada uno de estos astros, son puntos observadores o de referencia. Dios dijo: “he creado incontables mundos… hay muchos mundos… que hoy existen, y son incontables para el hombre” (Moisés 1:33, 35) esto significaría que para muchos de nuestros hermanos de millones de mundos poblados, nuestro presente es el pasado para ellos, y el futuro para otros. Hay más de un "presente" y esto se debe a que el tiempo no es igual en todas partes para todo el mundo, y varía en función de la gravedad, la aceleración, marcos de referencia, en relación con el observador (Einstein 1907, 1910, 1961). El tiempo es relativo y no hay pasado universal. Ni hay futuro universal. Y tampoco un presente universal. El tiempo es relativo, y el "presente" para un observador, en un solo lugar, puede ser el pasado o el futuro, para un segundo observador en otro planeta. El "pasado" en otra galaxia se solapa con el "presente" en la Tierra. El "presente" en otra galaxia no será experimentado en la Tierra hasta el futuro de ella. Por eso Einstein decía que la “distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión" (Einstein 1955)





Entonces tomando en cuenta esto, la Tierra cuando fue creada cerca de Kolob estaba en una órbita que era el futuro para lo que hoy es el sistema solar, o sea, cuando Adán murió, que fue aproximadamente en el año 1000 después de salir del Jardín de Edén estando ya en el Sistema Solar, al mismo tiempo -por extraño e ilógico que parezca- estaba sucediendo simultáneamente que Adán estaba dentro del Jardín de Edén en la órbita de Kolob: “mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás[Adán estaba en el jardín], porque en la ocasión en que de él comieres, de seguro morirás. Ahora bien, yo, Abraham, vi que era según el tiempo del Señor, que era según el tiempo de Kólob[1 día en Kolob es 1,000 años para nosotros]; porque hasta entonces los Dioses aún no le habían señalado a Adán su manera de calcular el tiempo.” (Abraham 5:13). Parece extraño e ilógico pero está sustentado tanto por Abraham en La Perla de Gran Precio, como también por La Teoría de la Relatividad de Einstein. Además que cada Planeta tiene independencia de Tiempo: “¿No se calcula el tiempo de Dios, el de los ángeles, el de los profetas y el del hombre, de acuerdo con el planeta en que residen? Contesto que sí.” (D. y C. 130:4-5) Génesis 2:8-9,15 nos dice que Adán fue colocado en el Jardín para que lo labrase y lo guardase.




 No sabemos cuánto tiempo Adán trabajó el jardín antes de que Dios le diera otra misión. La escritura no habla cuánto tiempo labró y guardó el jardín. Luego, Dios hizo que Adán diera nombre a “toda bestia del campo y toda ave de los cielos” (Génesis 2:19). El proceso requirió que Adán nombrara a miles de especies –como mínimo– y la Escritura calla en cuestión del Tiempo que haya tomado hacerlo, pero por seguro tomó mucho tiempo, al grado que al terminar de hacerlo, Dios ve que ya era conveniente darle la “ayuda idónea” pero no debe interpretarse de que la mujer fue creada a raíz de que Adán podría estar muy atareado, el único motivo por la que la mujer fue creada fue para cumplir con el Plan de traer hijos espirituales a esta vida por medio del sagrado matrimonio, y así exaltarse mutuamente con el hombre, pero esto infiere a que Adán debió sentirse solo al ver que las especies tenían macho y hembra, y él veía que en su especie no había quien lo complementara, y sentirse solo por unas horas o días de soledad no parece razonable, por lo que pudo estar posiblemente muchos años allí solo. Una vez estando juntos Adán y Eva el Señor le dijo que debían permanecer juntos, y tampoco parece razonable que sólo fueron horas que estuvieron juntos para cultivar y mantener el jardín. Es muy probable que estuvieran años en el jardín antes de ser expulsados de él. Cuando Adán y Eva cayeron y las consecuencias de La Caída comenzaron a operar, hubo varios cambios, de los cuales no hay declaración reveladora oficial de la Iglesia sobre el orden cronológico de los siguientes sucesos:



 La Tierra fue desplazada de la órbita de su creación a lado de Kolob, o cerca de la morada de Dios, y cayó literalmente en el espacio hasta llegar al Sistema Solar de la Vía Láctea. “y a Adán, yo, Dios el Señor, dije: Por haber… comido del fruto del árbol del cual te mandé, diciendo: No comerás de él, maldita será la tierra por tu causa...” (Moisés 4:23 cursiva para dar énfasis) la maldición implicaba que la Tierra ya no estaría cerca de la morada de Dios. El presidente Brigham Young dijo: “Cuando la tierra fue formada y traída a la existencia y el hombre fue puesto sobre ella, ocurrió cerca de nuestro Padre en los cielos. Y cuando el hombre cayó. . . la tierra cayó en el espacio, y tomó su lugar en este sistema planetario, y el sol llegó a ser nuestra luz” (Journal of Discourses 17:143); “Cuando el hombre transgredió. . . la tierra fue lanzada a millones de millas de su primera posición, y eso fue el porqué fue llamada ‘la Caída’.” (Brigham Young, 13 de julio de 1862, en Diary of Charlses L. Waker); “Esta esfera terrenal, esta sustancia opaca arrojada al espacio, es sólo un grano en el gran universo; y cuando sea celestializada, volverá a la presencia de Dios, donde estaba circunscrita originalmente.” (Journal of Discourses 9:317); El Apóstol Parley P. Pratt también nos dice: “La tierra no fue más retenida en la presencia de Jehová, sino que fue arrojada a la inmensidad del espacio, allí permanecerá hasta que haya cumplido el tiempo de su servidumbre al pecado y a Satanás.” (The Millenium, Times and Season, Vol. III, Núm. 7, pág. 672). Esto ocasionó que el cómputo de Tiempo fuera diferente al inicial de la Creación.  En los cuerpos de Adán y Eva, el espíritu que vivificaba sus cuerpos paradisiacos (no exaltados) dejó de funcionar. Los cuerpos de Adán y Eva comenzaron a sujetarse a nuevas leyes; la médula en los huesos de sus cuerpos comenzaron a producir células que al combinarse en un desarrollo sistemático se convertían en sangre, y así pasaron de ser vivificados por espíritu a ser vivificados por la sangre, porque en la mortalidad “la vida de la carne en la sangre está” (Levítico 17:11). El presidente Joseph Fielding Smith nos enseñó acerca de esto: “Cuando Adán y Eva fueron colocados en el Jardín del Edén, no había sangre en sus cuerpos. Su existencia fue vivificada por el espíritu; por lo tanto, estaban en un estado en el que podrían haber vivido para siempre, y así igualmente estaban todas las otras criaturas antes de ser mortales. (2 Nefi 2:2-25)” (Smith, Answers To Gospel Questions Vol.3, “Blood of your lives”)







                  





 El Tiempo finito, crecimiento y deterioro biológico fueron introducidos dentro de las nuevas leyes inalterables que los cuerpos de Adán y Eva –y todos nosotros, su posteridad– debían cumplir. Esto quiere decir que el tiempo era –y es– el móvil por el que se desarrollaban y envejecían Adán y Eva, por lo que el cuerpo ya estaba sujeto a enfermedades, debilidades y deterioraciones al punto de que los sistemas orgánicos que sustentan la vida cumplieran un ciclo de tiempo y quedaran decadentes hasta que ya ni uno funcionara y la vida en ellos se apagara; resumido en pocas palabras, sus cuerpos ya eran vulnerables para la muerte física. Nuevamente el presidente Joseph Fielding Smith nos enseña: “Cuando Adán cayó, el cambio vino a todos los demás seres vivos e incluso la propia Tierra se convirtió en mortal, y todas las cosas incluyendo la tierra fueron compradas de la muerte a través de la expiación de Jesucristo.” (Smith, Answers To Gospel Questions Vol.3, “Blood of your lives”)  De una manera operativa que no está revelada y aclarada aún, las mentes de Adán y Eva fueron “desbloqueadas” para poder diferenciar qué era malo y qué era bueno, pero sí podemos conjeturar que sus cerebros fueron cambiados de alguna manera para ser capaces de percibir en su totalidad la Luz de Cristo o Espíritu de Cristo, ya que ésta es dada para que uno “sepa discernir el bien del mal” (Moroni 7:14-16). La Luz de Cristo es literalmente un espectro de luz que Dios irradia y que este espectro luminoso y divino alimenta, mueve e ilumina a estrellas, planetas y todo tipo de astro en el universo (D. y C. 88:6-13) Antes de La Caída de Adán y Eva, ellos no lograban diferenciar qué era bueno y qué era malo. Eran inocentes, y participar del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, o cualquiera que fuera el proceso exacto que originó La Caída, permitió que la Luz de Cristo sea recibida en la conciencia de ellos. Este conocimiento discernidor le permitió a Eva recordar e identificar a Lucifer, con el sedicioso que se rebeló contra el Padre en la Vida Preterrenal. Incluso, este conocimiento les permitió a Adán y Eva saber en su totalidad la divina procreación de hijos. También ocasionó que el hombre tuviera en su mentalidad una tendencia y atracción –controlable por cierto– por lo sensual, carnal y diabólico. Siendo Dios de una infinita santidad y pureza, no puede tolerar en lo más mínimo la más pequeña escoria de pecado, y por ello, Dios ya no le permitió al hombre caminar a lado Suyo, o estar en su presencia.







 El Reino Vegetal sufrió cambios, de ser inicialmente una creación inofensiva y de imagen simbólica de vida por sus flores, frutos y colores, y que además constantemente producía alimento; desde La Caída, el Reino Vegetal comenzó a producir también espinas, cardos, hierbas nocivas y además ya no daría alimento a menos que el hombre se esforzara por cultivar (Moisés 4:23-24). El Reino Vegetal pasó también a estar sujeto al Tiempo finito, crecimiento y deterioro biológico hasta morir.  El Reino Animal también sufrió cambios. Cuán triste debió ser para Adán y Eva ver a animales matar y comer a otros. Cuando Isaías habla del Milenio diciendo que todo volverá a ser como en el Edén, dice: “El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león comerá paja como el buey” (Isaías 65:25) Eso veían Adán y Eva en el Edén, pero después de La Caída, ellos veían al lobo despedazar al cordero; al león comer al buey. Pero más triste aún para ellos, fue que ellos mismo tuvieron que cazar animales para alimentarse, vestirse y cuidarse. El Reino Animal pasó también a estar sujeto al Tiempo finito, crecimiento y deterioro biológico hasta morir. Al comienzo del Milenio Dios levantará a la Tierra de nuevo en la órbita de Kolob que es una gloria Terrestre, para una vez más convertirse en una Tierra paradisíaca (Artículo de Fe #10) y entonces el Tiempo para nosotros pasará a ser un día por mil años de otros mundos poblados que están siguiendo nuestros pasos en una órbita Telestial. Al final del Milenio, la Tierra se moverá a una órbita Celestial en donde no hay Tiempo que rija. Pasado, presente y futuro de nuestra existencia pasará a ser uno solo, y esta Tierra pasará a ser “un globo semejante a un mar de vidrio y fuego… llegará a ser semejante al cristal” (D. y C. 130:7,9) Entonces esta Tierra Celestializada, morada de seres exaltados, será un lugar en “donde se manifiestan todas las cosas… pasadas, presentes y futuras, y estarán continuamente delante” de los seres exaltados “y será un Urim y Tumim para los habitantes que moren en ella, mediante el cual todas las cosas pertenecientes a un reino inferior, o sea, a todos los reinos de un orden menor, serán manifestadas a los que la habiten.” (D. y C. 130:7,9) y entonces, nosotros podremos ver el pasado, presente y futuro de hermanos nuestros que aún siguen con sus mundos en órbitas Telestiales, y por seguro, también de nuestra progenie eterna, a causa de la exaltación ganada, cuando los mandemos a una Tierra como en la que hoy estamos, para que hagan lo mismo que hoy nosotros hacemos y que una vez hicieron lo mismo nuestros Padres Celestiales; “...Nos hallamos precisamente en la misma condición y en las mismas circunstancias en que Dios nuestro Padre Celestial se encontró al pasar por esta experiencia o una semejante... cuando Él era un hombre y vivía sobre una tierra, fue bautizado, ordenado, recibió sus investiduras y se casó... Él recibió sus investiduras hace mucho; miles y millones de años han pasado desde que recibió sus bendiciones..." (Manual de Instituto “La Vida y Enseñanzas de Jesús y sus Apóstoles”, cap. 40, citando a los presidentes Joseph F. Smith y Wilford Woodruff) La Caída de Adán y Eva no es sustentada por ningún relato como una experiencia que duró horas o días. Las Escrituras y el relato fílmico del Templo por razones por demás de obvias resumen este acto trascendental con eficacia sin necesidad de ser explícitos con el Tiempo de duración, que por las evidencias y lógicas conclusiones, debió durar miles o al menos cientos de años para que el proceso de mortalidad se concretara por completo a toda la creación.




ESTE ESCRITO ES UNA MUESTRA GRATIS DEL LIBRO “DIOS, TIEMPO Y ESPACIO”