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Algunos hermanos  me han comentado por Facebook que porque solo hablo sobre la clase de escuela dominical,  y les comento que ya hay varios canales en Youtube de buenos hermanos que comparten ya las clases de Uso individual y familiar entre otros, pero me comentaron que sería buena idea agregar más, Yo respondí a los hermanos que lo haría como una prueba,  ya que las clases son similares y en algunas partes la información seria parecida, y que dependería  de la aceptación de los hermanos si continuo haciendo las clases de escuela dominical y de uso Individual y familiar  en conjunto. Y el orden seria primero la clase de la escuela dominical y después la clase de uso individual.

Hermanos recuerden que no somos patrocinados y no somos profesionales, revisa la descripción del video para saber cómo puedes apoyarnos.

Iniciamos con las clases.

2 Nefi 31–33
“Esta es la senda”

Esta clase de escuela dominical abarca los capítulos  31 al 33 de 2 Nefi.

En el capítulo 31  Nefi explica por qué fue bautizado Cristo y que Los hombres deben seguir a nuestro salvador, ser bautizados, recibir el Espíritu Santo y perseverar hasta el fin para ser salvos — El arrepentimiento y el bautismo son la puerta que conduce a la senda estrecha y angosta, y solo los que guarden los mandamientos después de su bautismo tendrán la vida eterna. Aproximadamente 559–545 a.C.

Hermanos, Nefi vivió una vida llena de riesgos y tuvo que enfrentar numerosos desafíos. Algunos de ellos fue escapar de Jerusalén, construir un barco, cruzar el mar hasta la tierra prometida, colonizar, sufrir persecuciones, cumplir con responsabilidades familiares y de liderazgo, y llevar registros. Hacia el final de su inspiradora vida, Nefi escribió su último testimonio y testificó de la "doctrina de Cristo" (2 Nefi 31:2), del poder del Espíritu Santo y de la veracidad de las palabras que había escrito.

En esta clase podemos leer el siguiente apartado:

Jesucristo y Su doctrina son la única senda hacia la vida eterna.

2 Nefi 31:1-3. Leemos:

1 Y ahora, amados hermanos míos, yo, Nefi, ceso de profetizaros. Y no puedo escribir sino unas cuantas cosas que de cierto sé que han de acontecer; ni tampoco puedo escribir más que unas pocas de las palabras de mi hermano Jacob.

2 Por tanto, las cosas que he escrito me bastan, con excepción de unas pocas palabras que debo hablar acerca de la adoctrina de Cristo; por tanto, os hablaré claramente, según la claridad de mis profecías.

3 Porque mi alma se deleita en la claridad; porque así es como el Señor Dios obra entre los hijos de los hombres. Porque el Señor Dios ilumina el entendimiento; pues él habla a los hombres de acuerdo con el idioma de ellos, para que entiendan.

Hermanos, sencillamente explicada, "la doctrina de Cristo" (2 Nefi 31:2) consiste en que todos los que tengan fe en Jesucristo, se arrepientan verdaderamente de sus pecados y entren en el convenio del bautismo con el Señor recibirán al Espíritu Santo. Este tercer miembro de la Trinidad dirigirá sus pasos y les mostrará todo lo que deben hacer para alcanzar la salvación. Abrazamos la doctrina de Cristo cuando seguimos el ejemplo de Cristo. Adviértase cuán a menudo Nefi habla de seguir al Hijo de Dios y hacer las cosas que el Hijo hizo (véanse los verso S, 9-10, 12-13, 16-17). En Jesucristo tenemos el ejemplo perfecto de alguien que entró en la senda que conduce a la vida eterna y que nunca se apartó de ella. El Salvador mismo señaló la importancia de esta doctrina cuando dijo: "De cierto, de cierto os digo que ésta es mi doctrina; y los que edifican sobre esto, edifican sobre mi roca, y las puertas del infierno no prevalecerán en contra de ellos" (3 Nefi 11:39). Un análisis similar de la doctrina de Cristo se puede encontrar en 3 Nefi 11:31-41; 27:8-22; Moisés 6:48-68. En el pasaje de 2 Nefi 31:3,  Nefi desea que sus palabras sean claras y fáciles de entender (véase también 2 Nefi 25:4; 33:6).

Hermanos, la fe, el arrepentimiento, el bautismo, el don del Espíritu Santo y el perseverar hasta el fin se relacionan entre sí, y con la expiación de Jesucristo nos ayudan a obtener la vida eterna.


La fe es importante hermanos, ya que si no creemos que hay un Cristo y mucho menos creemos en sus palabras, no sentiríamos  remordimiento por nuestras acciones y así no nos arrepentiríamos de nuestros hechos, debido que podemos arrepentirnos de nuestros actos, Dios preparo una manera de quitar nuestros pecados, esto se logra por medio del bautismo, como se enseña en nuestra doctrina al momento de sumergirnos en el agua dejamos nuestros hechos malos ahí, y al salir del agua somos seres limpios de todo pecado y depende de nosotros mantenernos así. Pero aún no está hecho todo, ya que después de ser bautizados se nos confiere el Don del Espíritu Santo, este miembro de la trinidad es un maestro y guía que nos ayudara a comprender más fácil el evangelio para poder vivir en armonía con las enseñanzas de Dios, pero depende de cada uno de nosotros mantener la compañía constante de él.

Recordemos hermanos que esto no sería posible sin la expiación de Jesucristo, debido que el dio su vida para salvar la nuestra no hay otro camino, ni nombre dado en la tierra para poder ser salvos.

Como Santos de los Últimos Días sabemos que todos seremos salvos en algún reino de gloria, pero para llegar a vivir con Dios en el reino celestial debemos sujetarnos fuerte a los convenios hechos con Dios por este tiempo y por la eternidad. No solo es ser bautizados, sino que debemos recibir todas las ordenanzas, y algunas solo las podemos recibir en un santo templo.

Hermanos ¿De qué manera esos principios traen las bendiciones de la expiación de Jesucristo a nuestra vida?

¿Por qué Jesucristo tuvo que ser bautizado?

La respuesta la encontramos en 2 Nefi 31:4-10. "Para cumplir con toda justicia"

"Existen diferentes razones por las que hubo necesidad de que se bautizara nuestro Señor, siendo que Él no había pecado y no tenía necesidad de arrepentirse. Lo que le dijo a Juan fue: ‘... Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia... ‘(Mateo 3:15). Nefi explica que Cristo cumplió toda justicia al ser bautizado porque: 1. se humilló ante el Padre; 2. convino en ser obediente y observar los mandamientos del Padre; 3. tuvo que bautizarse para poder entrar en el reino celestial; y 4. dio el ejemplo para que todos los hombres lo imitaran (véase 2 Nefi 31:4-11). "El bautismo de nuestro Señor ‘... muestra a los hijos de los hombres la rectitud de la senda, y la estrechez de la puerta por la cual ellos deben entrar, habiéndoles él puesto el ejemplo por delante' (2 Nefi 31:9). Si el mismo Rey del Reino no podía regresar a su elevada posición de exaltación en la existencia preterrenal sin cumplir con su propia ley eterna de admisión a ese reino, ¿cómo puede el hombre aspirar a una herencia celestial sin un bautismo autorizado y aprobado?" (Bruce R. McConkie, Mormón Doctrine, pág. 71.)

Leemos en 2 Nefi 31:13.

13 Por tanto, amados hermanos míos, sé que si seguís al Hijo con íntegro propósito de corazón, sin acción hipócrita y sin engaño ante Dios, sino con verdadera intención, arrepintiéndoos de vuestros pecados, testificando al Padre que estáis dispuestos a tomar sobre vosotros el nombre de Cristo por medio del bautismo, sí, siguiendo a vuestro Señor y Salvador y descendiendo al agua, según su palabra, he aquí, entonces recibiréis el Espíritu Santo; sí, entonces viene el bautismo de fuego y del Espíritu Santo; y entonces podéis hablar con lengua de ángeles y prorrumpir en alabanzas al Santo de Israel.

Hermanos, "Sin acción hipócrita" ¿Por qué Nefi diría algo así?

El presidente J. Reuben Clark, hijo, hablando sobre las muchas veces que Jesús condenó la hipocresía, dijo: "Guiándoos solamente por el Nuevo Testamento, lograréis muy poco conocimiento de la clase de vida que llevaban los romanos en Palestina, la clase de vida que Cristo condenó ... pero creo entender que un pecado que el Salvador condenó tanto como cualquier otro fue el de la hipocresía, el llevar una vida doble; la que a veces hacemos que nuestros amigos y algunas veces nuestras esposas crean que llevamos, y la vida que en realidad llevamos" (en Conference Report, octubre de 1960, pág. 90). La palabra hipócrita proviene de un vocablo griego cuyo significado es el de un actor actuando en un escenario. Un hipócrita, por lo tanto, es una persona que pretende ser algo que en realidad no es o alguien que actúa en forma muy diferente de lo que verdaderamente piensa y siente. Nefi escribió que debemos seguir a Cristo "con íntegro propósito de corazón" y "con verdadera intención" (2 Nefi 31:13) para recibir las bendiciones del Espíritu Santo. "Con íntegro propósito de corazón" indica una dedicación total del hombre interior a Cristo; y "con verdadera intención" transmite la idea de motivos sinceros y puros. Más tarde, Moroni escribió acerca de estos principios cuando dijo que un testimonio del Libro de Mormón se recibe buscando "con un corazón sincero, con verdadera intención" (Moroni 10:4). Moroni también escribió que la verdadera rectitud se basa en la intención del corazón (véase Moroni 7:6-9).

Leemos en 2 Nefi 31:17-20.

17 Por tanto, haced las cosas que os he dicho que he visto que hará vuestro Señor y Redentor; porque por esta razón se me han mostrado, para que sepáis cuál es la puerta por la que debéis entrar. Porque la puerta por la cual debéis entrar es el arrepentimiento y el bautismo en el agua; y entonces viene una remisión de vuestros pecados por fuego y por el Espíritu Santo.

18 Y entonces os halláis en este estrecho y angosto camino que conduce a la vida eterna; sí, habéis entrado por la puerta; habéis obrado de acuerdo con los mandamientos del Padre y del Hijo; y habéis recibido el Espíritu Santo, que da testimonio del Padre y del Hijo, para que se cumpla la promesa hecha por él, que lo recibiríais si entrabais en la senda.

19 Y ahora bien, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no; porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar.

20 Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna.

Hermanos Una puerta "A veces alguien dirá: 'Pues bien, ya me bauticé en la Iglesia y soy miembro de ella; simplemente voy a vivir una vida común y corriente; no voy a cometer ninguna transgresión grave; voy a vivir una vida cristiana razonablemente buena; y, finalmente, obtendré el reino de Dios'. "Yo no lo entiendo así. Opino que el bautismo es la puerta que conduce a una senda, y el nombre de la senda es el 'recto y estrecho camino', el cual comienza en la puerta del bautismo y se dirige en forma ascendente hacia el reino celestial. Después que la persona entra por la puerta del bautismo, tiene que seguir adelante con firmeza en Cristo, tal como Nefi lo expresa, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Y si así persevera hasta el fin, entonces obtiene la recompensa prometida" (Bruce R. McConkie, en Conference Report, oct. de 1950, pág. 16).

Queridos hermanos ¿Conocen  a alguien que sea ejemplo de cómo perseverar hasta el fin? ¿Qué ha ayudado a esa persona a “seguir adelante con firmeza en Cristo”?

¿Recuerdan a un personaje del Libro de Mormón que sea de ejemplo de perseverar hasta el fin?

Dejen sus respuestas hermanos en los comentarios, a más de uno ayudaran a fortalecerse.

En el capítulo 32  Nefi nos enseña que, los ángeles hablan por el poder del Espíritu Santo — Los hombres deben orar y adquirir así el conocimiento que imparte el Espíritu Santo. Aproximadamente 559–545 a.C.

Pero también Nefi abordó una preocupación que percibió que tenía su pueblo en cuanto a cómo aplicar la doctrina de Cristo.

Leemos en los versículos del 1 al 6 lo siguiente:

1 Y ahora bien, he aquí, amados hermanos míos, supongo que estaréis meditando en vuestros corazones en cuanto a lo que debéis hacer después que hayáis entrado en la senda. Mas he aquí, ¿por qué meditáis estas cosas en vuestros corazones?

2 ¿No os acordáis que os dije que después que hubieseis recibido el Espíritu Santo, podríais hablar con lengua de ángeles? ¿Y cómo podríais hablar con lengua de ángeles sino por el Espíritu Santo?

3 Los ángeles hablan por el poder del Espíritu Santo; por lo que declaran las palabras de Cristo. Por tanto, os dije: Deleitaos en las palabras de Cristo; porque he aquí, las palabras de Cristo os dirán todas las cosas que debéis hacer.

4 Por tanto, si después de haber hablado yo estas palabras, no podéis entenderlas, será porque no pedís ni llamáis; así que no sois llevados a la luz, sino que debéis perecer en las tinieblas.

5 Porque he aquí, os digo otra vez, que si entráis por la senda y recibís el Espíritu Santo, él os mostrará todas las cosas que debéis hacer.

6 He aquí, esta es la doctrina de Cristo, y no se dará otra doctrina sino hasta después que él se os manifieste en la carne. Y cuando se os manifieste en la carne, las cosas que él os diga os esforzaréis por cumplir.

Hermanos ¿Si pudieron identificar el problema que tenían el pueblo Nefi? Ellos, no sabían que es lo que tenían que hacer después de ser bautizados.

Nefi, les da la respuesta en los versos 2 al 6.

El presidente Spencer W. Kimball, dijo en un discurso titulado "Escudriñad las Escrituras", Liahona, sept. De 1976, pág. 1). Dijo:

2 Nefi 31:19-20. Nos entristece saber, a medida que viajamos por las estacas y misiones de la Iglesia, que todavía hay muchos santos que no leen ni meditan en las Escrituras en forma regular, y que asimismo tienen poco conocimiento de las instrucciones del Señor para los hijos de los hombres. Muchos han sido bautizados y han recibido un testimonio, y entrado en la 'recta y angosta senda', pero aun así no han dado el paso necesario para marchar adelante, deleitándose en la palabra de Cristo y perseverando hasta el fin (véase 2 Nefi 31:19-20)"

Hermanos ¿Qué experiencias han tenido en las que el Espíritu Santo o las palabras de Cristo les hayan mostrado lo que tenían que hacer? Compartan sus experiencias en los comentarios.

Leemos el apartado en la clase:


El Libro de Mormón nos persuade a creer en Cristo.
Nefi tenía la esperanza de que sus palabras nos persuadan “a hacer el bien… y… a creer en [Cristo]” (2 Nefi 33:4). ¿Qué pasajes o relatos de 1 y 2 Nefi nos han persuadido a hacer el bien y a creer en Cristo?

Leemos los versos del 1 al 4 del capítulo 33

1 Y ahora bien, yo, Nefi, no puedo escribir todas las cosas que se enseñaron entre mi pueblo; ni soy tan poderoso para escribir como para hablar; porque cuando un hombre habla por el poder del Santo Espíritu, el poder del Espíritu Santo lo lleva al corazón de los hijos de los hombres.

2 Pero he aquí, hay muchos que endurecen sus corazones contra el Espíritu Santo, de modo que no tiene cabida en ellos; por tanto, desechan muchas cosas que están escritas y las consideran como nada.

3 Más yo, Nefi, he escrito lo que he escrito; y lo estimo de gran valor, especialmente para mi pueblo. Porque continuamente ruego por ellos de día, y mis ojos bañan mi almohada de noche a causa de ellos; y clamo a mi Dios con fe, y sé que él oirá mi clamor.

4 Y sé que el Señor Dios consagrará mis oraciones para el beneficio de mi pueblo. Y las palabras que he escrito en debilidad serán hechas fuertes para ellos; pues los persuaden a hacer el bien; les hacen saber acerca de sus padres; y hablan de Jesús, y los persuaden a creer en él y a perseverar hasta el fin, que es la vida eterna.

Nefi, queridos hermanos el pidió para que sus palabras que están en el Libro de Mormón, llegaran a todos nosotros y aquellos que pertenecen al pueblo Nefita. Con el propósito de ser salvos  y saber que Dios no deja de obrar entre nosotros a fin de que todo aquel que en el crea tenga vida eterna.

Nefi termina su Salmo muy fuerte, y nos hace la promesa que lo veremos a él y a todos aquellos que hicieron posible el libro de Mormón en el día del Juicio.

2 Nefi 33: 11 al 15.

11 Y si no son las palabras de Cristo, juzgad; porque en el postrer día Cristo os manifestará con poder y gran gloria que son sus palabras; y ante su tribunal nos veremos cara a cara, vosotros y yo, y sabréis que él me ha mandado escribir estas cosas, a pesar de mi debilidad.

12 Y ruego al Padre en el nombre de Cristo que muchos de nosotros, si no todos, nos salvemos en su reino, en ese grande y postrer día.

13 Y ahora bien, amados hermanos míos, todos los que sois de la casa de Israel, y todos vosotros, ¡oh extremos de la tierra!, os hablo como la voz de uno que aclama desde el polvo: Adiós, hasta que venga ese gran día.

14 Y vosotros, los que no queréis participar de la bondad de Dios, ni respetar las apalabras de los judíos, ni mis palabras, ni las palabras que saldrán de la boca del Cordero de Dios, he aquí, me despido de vosotros para siempre, porque estas palabras os condenarán en el postrer día.

15 Pues lo que sello en la tierra será presentado contra vosotros ante el tribunal del juicio; porque así me lo ha mandado el Señor, y yo debo obedecer. Amén.

Hermanos no solo Nefi nos lo ha dejado en claro, que nos veremos con él y con los demás profetas del Libro de Mormón, leemos en Éter capítulo 12

38 Y ahora yo, Moroni, me despido de los gentiles, sí, y también de mis hermanos a quienes amo, hasta que nos encontremos ante el tribunal de Cristo, donde todos los hombres sabrán que mis vestidos no se han manchado con vuestra sangre.

39 Y entonces sabréis que he avisto a Jesús, y que él ha hablado conmigo cara a cara, y que me dijo con sencilla humildad, en mi propio idioma, así como un hombre lo dice a otro, concerniente a estas cosas.

Leemos en el libro de Moroni capítulo 10

27 Y os exhorto a que recordéis estas cosas; pues se acerca rápidamente el día en que sabréis que no miento, porque me veréis ante el tribunal de Dios; y el Señor Dios os dirá: ¿No os declaré mis apalabras, que fueron escritas por este hombre, como uno que clamaba de entre los muertos, sí, como uno que hablaba desde el polvo?

28 Declaro estas cosas para el cumplimiento de las profecías. Y he aquí, procederán de la boca del Dios sempiterno; y su palabra resonará de generación en generación.

29 Y Dios os mostrará que lo que he escrito es verdadero.

Hermanos, el libro de Mormón fue escrito para nuestros días, debemos no solo leerlo, sino escudriñarlo, no solo porque sea parte del curso de este año de la escuela Dominical o para el uso individual, etc. Sé que en sus páginas encontramos muchas de las respuestas que necesitamos, y sé que no  todas las respuestas están plasmadas en el libro, aun Dios revelara más cosas para la salvación  de nosotros sus hijos.

Hasta aquí la clase de la escuela Dominical, No se vayan hermanos, en unos momentos más iniciamos con la lección para uso individual y familiar.




Ven, sígueme! Para uso individual y familiar.

Del 2 al 8 marzo

Comprende  de 2 Nefi capítulo 31 al 33
“Esta es la senda”

Entre las últimas palabras que Nefi registró, encontramos esta declaración: “Me lo ha mandado el Señor, y yo debo obedecer” (2 Nefi 33:15). Este parece ser un resumen adecuado de la vida de Nefi. Él procuró conocer la voluntad del Señor y se esforzó valientemente por obedecerla, aun cuando eso implicara el poner en riesgo su vida para obtener las planchas de bronce de Labán, construir un barco y cruzar el mar o enseñar fielmente la doctrina de Cristo con claridad y poder. Nefi podía hablar con gran persuasión de la necesidad de “seguir adelante con firmeza en Cristo”, de seguir este “estrecho y angosto camino que conduce a la vida eterna” (2 Nefi 31:20, 18), porque esa era la senda que él seguía. Él sabía por experiencia que esta senda, aunque a veces sea exigente, es también gozosa, y que “no hay otro camino, ni nombre dado debajo del cielo por el cual el hombre pueda salvarse en el reino de Dios” (2 Nefi 31:21).

Los últimos escritos de Nefi abarcan lo que él llamó “la doctrina de Cristo” (2 Nefi 31:2, 21; 32:6). El élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó: “En el Libro de Mormón, ‘la doctrina de Cristo’ es sencilla y directa. Se centra exclusivamente en los primeros principios del Evangelio, incluyendo el brindar aliento para perseverar, persistir y seguir adelante. De hecho, el impacto de ‘la doctrina de Cristo’ radica en su claridad y sencillez… “…La doctrina de Cristo no es complicada. Es profunda, hermosa y decididamente clara y completa” (Christ and the New Covenant, 1997, págs. 49–50, 56). Esfuércese por centrar su vida en los aspectos sencillos, pero a la vez profundos, de la doctrina de Cristo que le proporcionarán la compañía y guía del Espíritu Santo y también la dicha eterna.

Si tuviera que resumir la senda a la vida eterna en tan solo unas pocas palabras, ¿cómo lo diría? Nefi, con su característica claridad y sencillez, lo dijo de este modo: fe en Cristo, arrepentimiento, bautismo, recibir el don del Espíritu Santo y perseverar hasta el fin.

Leemos

2 Nefi 31:18–20
Libro de Mormón
18 Y entonces os halláis en este estrecho y angosto camino que conduce a la vida eterna; sí, habéis entrado por la puerta; habéis obrado de acuerdo con los mandamientos del Padre y del Hijo; y habéis recibido el Espíritu Santo, que da testimonio del Padre y del Hijo, para que se cumpla la promesa hecha por él, que lo recibiríais si entrabais en la senda.
19 Y ahora bien, amados hermanos míos, después de haber entrado en esta estrecha y angosta senda, quisiera preguntar si ya quedó hecho todo. He aquí, os digo que no; porque no habéis llegado hasta aquí sino por la palabra de Cristo, con fe inquebrantable en él, confiando íntegramente en los méritos de aquel que es poderoso para salvar.
20 Por tanto, debéis seguir adelante con firmeza en Cristo, teniendo un fulgor perfecto de esperanza y amor por Dios y por todos los hombres. Por tanto, si marcháis adelante, deleitándoos en la palabra de Cristo, y perseveráis hasta el fin, he aquí, así dice el Padre: Tendréis la vida eterna.
Jesucristo nos dio el ejemplo:

2 Nefi 31:4–10. Si bien   toda la      humanidad     debe bautizarse      para         la      remisión de los pecados, el Salvador, que era santo y no tenía pecado, fue bautizado para dar ejemplo de humildad y obediencia. El élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles, explicó que al bautizarse, Jesucristo mostró el camino que deben seguir todas las personas, el cual Él mismo recorrió: “Es tan importante entrar en el reino de Dios, que Jesús fue bautizado para mostrarnos ‘la angostura de la senda, y la estrechez de la puerta por la cual [debemos] entrar’ (2 Nefi 31:9)… “Por haber nacido de una madre terrenal, Jesús fue bautizado para cumplir con el mandamiento de Su Padre de que los hijos y las hijas de Dios deben ser bautizados. Él dio el ejemplo para que todos nosotros nos humillemos ante el Padre Celestial. A todos se nos extiende la invitación de entrar en las aguas del bautismo. Él fue bautizado para testificar a Su Padre que sería obediente en guardar Sus mandamientos; fue bautizado para mostrarnos que debíamos recibir el don del Espíritu Santo (véase 2 Nefi 31:4–9). “Al seguir el ejemplo de Jesús, también nosotros demostramos que nos arrepentiremos y seremos obedientes en guardar los mandamientos de nuestro Padre Celestial. Nos humillamos con un corazón quebrantado y un espíritu contrito al admitir nuestros pecados y buscar el perdón por nuestras transgresiones (véase 3 Nefi 9:20). Hacemos convenio de que estamos dispuestos a tomar sobre nosotros el nombre de Jesucristo y recordarle siempre” (Liahona, enero de 2001, págs. 7–8).

Hermanos piensen en las siguientes preguntas:

¿Por qué se bautizó el Salvador? ¿En qué sentido las razones por las que Él se bautizó son similares a las razones por las que usted se bautizó? ¿Qué está haciendo en la actualidad para continuar con su empeño de seguir el ejemplo de obediencia del Salvador?

Debido a que aún somos imperfectos volveremos a cometer errores en nuestra vida, Nuestro Padre Celestial sabiendo esto nos proveyó de la Santa Cena. La ordenanza de la Santa Cena es una oportunidad que tiene cada semana de volver a comprometerse de seguir a Jesucristo. Para los que no son miembros de la Iglesia la santa cena es participar de una pequeña porción  de pan y de agua,  que representa el cuerpo y la sangre de Cristo, al participar de ellos recordamos su sacrificio y el pago que el hizo para limpiarnos de nuestros pecados, cuando participamos de la santa cena renovamos nuestros convenios hechos al bautizarnos, de tomar sobre nosotros el nombre Cristo, ser discípulos suyos para que los hombres vean nuestra obras y hallen salvación en este evangelio restaurado.

2 Nefi 31:13. “Con íntegro propósito de corazón, sin acción hipócrita”
       La     frase         “íntegro   propósito         de    corazón” sugiere     una         entrega total a Jesucristo, con motivos puros y sinceros, en lugar de tan sólo fingir que se sigue al Señor. El presidente Marion G. Romney (1897–1988), de la Primera Presidencia, se dio cuenta de tal hipocresía: “Hay personas que tratan de servir a Dios sin ofender al diablo” (“The Price of Peace”, Ensign, octubre de 1983, pág. 6).

       El      élder         Joseph B. Wirthlin   (1917–2008),   del Quórum     de los Doce Apóstoles, recalcó la importancia de seguir al Señor con sinceridad: “¿Vivimos verdaderamente el Evangelio o simplemente aparentamos rectitud para que los que nos rodean supongan que somos fieles cuando, en realidad, nuestro corazón y nuestras acciones en privado no armonizan con las enseñanzas del Señor? “¿Adoptamos sólo una ‘apariencia de piedad, mas negando la eficacia de ella’? [José Smith—Historia 1:19]. “¿Somos en realidad justos, o fingimos obediencia sólo cuando pensamos que otros nos están observando? “El Señor ha dejado en claro que las apariencias no lo engañan, advirtiéndonos que no debemos ser falsos con Él ni con los demás. Nos ha advertido que tengamos cuidado con aquellos que presentan una actitud engañosa o un aspecto refulgente que sólo esconde una realidad más tenebrosa. Nosotros sabemos que el Señor ‘mira el corazón’ y no ‘lo que está delante de [los] ojos’ [1 Samuel 16:7]” (véase Liahona, julio de 1997, pág. 17).

Después de ser bautizados por inmersión (en agua), se nos confiere el Don del Espíritu Santo por imposición de manos.

El Espíritu Santo es el tercer miembro de la Trinidad; Él es un personaje de espíritu y da testimonio de toda verdad. En las Escrituras se hace referencia al Espíritu Santo como el Consolador (véase 
Juan 14:16–27Moroni 8:26), un Maestro (véase Juan 14:26D. y C. 50:14), y un revelador (véase 2 Nefi 32:5). Las revelaciones del Padre y del Hijo se transmiten mediante el Espíritu Santo; Él es el mensajero del Padre y del Hijo y testifica de Ellos.
El Espíritu Santo se manifiesta a los hombres y a las mujeres de la tierra  el poder así como el don del Espíritu Santo. El poder puede llegar a una persona antes del bautismo; es el poder convincente de que Jesucristo es nuestro Salvador y Redentor. Mediante el poder del Espíritu Santo, los investigadores sinceros pueden obtener una convicción de la veracidad del evangelio del Salvador, del Libro de Mormón, de la realidad de la Restauración y del llamamiento profético de José Smith.
El don del Espíritu Santo se confiere únicamente tras el debido y autorizado bautismo y por la imposición de manos de parte de aquellos que poseen el Sacerdocio de Melquisedec. El Señor declaró:
“sí, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros para la remisión de sus pecados; sí, bautizaos en el agua, y entonces vendrá el bautismo de fuego y del Espíritu Santo…
“Y por la imposición de manos confirmaréis en mi iglesia a quienes tengan fe, y yo les conferiré el don del Espíritu Santo” (D. y C. 33:11, 15).
El apóstol Pablo aclaró esta práctica a los efesios cuando preguntó:
“¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.
“Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Y ellos dijeron: En el bautismo de Juan.
“Y dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en el que había de venir después de él, a saber, en Jesús el Cristo.
“Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.
“Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo” (Hechos 19:2–6).

El Libro de Mormón persuade a todos a creer en Cristo.
En 2 Nefi 33, al concluir Nefi sus escritos, él explicó las razones principales por las que él escribía. ¿Qué razones encuentra usted en este capítulo? Reflexione en lo que ha leído hasta ahora en 1 Nefi y 2 Nefi, así como en las notas que ha tomado. En su caso, ¿de qué manera los relatos y las enseñanzas contribuyeron a que se lograsen los propósitos de Nefi? Por ejemplo, ¿en qué forma le han persuadido a “creer en [Cristo] y a perseverar hasta el fin”?
2 Nefi 33:11. Recordemos hermanos que estas son las palabras de Jesucristo

       El      presidente       Ezra Taft  Benson    enseñó    que una   de nuestras funciones como miembros de la Iglesia es declarar a los demás que éstas son las palabras de Jesucristo que nos llegan por medio de Sus siervos: “Nuestra principal tarea es declarar el Evangelio, y hacerlo eficazmente, pero no tenemos la obligación de contestar todas las objeciones. Llega el momento en el cual todo hombre cuenta únicamente con el respaldo de la fe, y entonces es cuando debe tomar una posición definitiva. ‘Y si no son las palabras de Cristo, juzgad’, dijo Nefi, ‘porque en el postrer día Cristo os manifestará con poder y gran gloria que son sus palabras; y ante su tribunal nos veremos cara a cara, vosotros y yo, y sabréis que él me ha mandado escribir estas cosas’. (2 Nefi 33:11.) Todo hombre debe juzgar por sí mismo, sabiendo que el Señor habrá de tenerlo por responsable” (véase Liahona, agosto de 1975, pág. 42).

Hermanos, recordemos que en el juicio veremos cara a cara aquellos que predicaron, profetizaron y dejaron sus enseñanzas a fin de que fuéramos salvos. El mismo Nefi, Moroni y Jacob se despiden con estas palabras:

2 Nefi capítulo 33

11 Y si no son las palabras de Cristo, juzgad; porque en el postrer día Cristo os manifestará con 
poder y gran gloria que son sus palabras; y ante su tribunal nos veremos cara a cara, vosotros y yo, y sabréis que él me ha mandado escribir estas cosas, a pesar de mi debilidad.
12 Y ruego al Padre en el nombre de Cristo que muchos de nosotros, si no todos, nos salvemos en su reino, en ese grande y postrer día.
13 Y ahora bien, amados hermanos míos, todos los que sois de la casa de Israel, y todos vosotros, ¡oh extremos de la tierra!, os hablo como la voz de uno que clama desde el polvo: Adiós, hasta que venga ese gran día.
14 Y vosotros, los que no queréis participar de la bondad de Dios, ni respetar las palabras de los judíos, ni mis palabras, ni las palabras que saldrán de la boca del Cordero de Dios, he aquí, me despido de vosotros para siempre, porque estas palabras os condenarán en el postrer día.
15 Pues lo que sello en la tierra será presentado contra vosotros ante el tribunal del juicio; porque así me lo ha mandado el Señor, y yo debo obedecer. Amén.



Moroni  capítulo 10

27 Y os exhorto a que recordéis estas cosas; pues se acerca rápidamente el día en que sabréis que no miento, porque me veréis ante el tribunal de Dios; y el Señor Dios os dirá: ¿No os declaré mis 
palabras, que fueron escritas por este hombre, como uno que clamaba de entre los muertos, sí, como uno que hablaba desde el polvo?

Jacob capítulo 6

13 Por último, me despido de vosotros, hasta que os vuelva a ver ante el placentero tribunal de Dios, tribunal que hiere al malvado con 
terrible espanto y miedo. Amén.

Hermanos llegamos al final de estas dos clases, mediten sobre qué les dirán a los profetas que escribieron en el libro de Mormón en el día del Juicio.

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