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EL SEÑOR TRABAJA JUNTO A NOSOTROS VEN, SÍGUEME 2020 DEL 16 AL 22 DE MARZO





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Ahora si hermanos,  arrancamos con la clase de ven, sígueme.
Esta clase es un poco compleja o sea un poco difícil de entender por el simbolismo que encierra, pero me esforzaré por explicar con las citas de líderes esta lección.

La clase comprende los capítulos del 5 al 7 del libro de Jacob, en estos dos capítulos Jacob escribió profusamente (abundantemente) sobre una alegoría que dio el profeta Zenós, en la cual revela la historia y el destino de la casa de Israel. También escribió sobre su confrontación con Sherem, un anticristo. Hermanos en esta lección veremos cuán profundo es el testimonio de Jacob, que confunde a Sherem (véase Jacob 7).

Tal vez algunos hermanos no se pan que es una alegoría, bueno
Una alegoría utiliza representaciones simbólicas para transmitir ideas morales o espirituales. Esos símbolos proporcionan un sentido mucho más significativo de lo que se aprecia a simple vista. Casi todo lo representado en una alegoría significa algo más. En la alegoría de Zenós, por ejemplo, la viña, los árboles, las ramas, el amo y los siervos representan realidades de mayor significado. El valor de la alegoría radica en comprender qué es lo que está representando. "La parábola de Zenós, descrita por Jacob en el capítulo cinco de su libro, es una de las parábolas más importantes que se hayan registrado. Esta parábola, por sí sola, es una prueba convincente de la veracidad del Libro de Mormón. Ningún ser mortal podría haber escrito una parábola semejante sin contar con la inspiración del Señor. Es una lástima que demasiados de los que leen el Libro de Mormón la pasan por alto y menosprecian las verdades que contiene con relación a la historia, dispersión y congregación final de Israel. Dichos miembros de la Iglesia, a los que se ha hecho notar el gran significado de esa parábola, han dicho que no llegan a comprenderla. Sin embargo, es sencilla y muy clara para la mente de quienes afanosamente buscan conocer la verdad. Ningún hombre carente de inspiración divina pudo haber escrito una parábola como ésa" (Joseph Fielding Smith, Answers to Cospel Questions, 4:141).

Otro ejemplo de alegoría es el sueño de Lehi, que ya vimos en lecciones pasadas, el árbol, el fruto, el edificio, la barra de hierro, etc. Son símbolos que nos ayudan a entender lo que Dios quiere que hagamos o tiene para nosotros.

¿Pero quién fue Zenós?

"Zenós [era un] profeta hebreo que a menudo citaban los siervos nefitas de Dios. Todo lo que se nos dice de su historia personal es que lo mataron porque testificó osadamente lo que Dios le había revelado. Que se trataba de un hombre grandemente bendecido por el Señor y que poseía el espíritu de profecía,  se hace evidente en esa maravillosa y casi incomparable parábola de la viña que detalla Jacob en sus registros (Jacob 5). Sus profecías las citan también Nefi (1 Nefi 19:10, 12, 16), Alma (Alma 33:3, 13, 15), Amulek (Alma 34:7), Samuel el Lamanita (Helamán 15:11) y Mormón (3 Nefi 10:16)" (George Reynolds, citado en la obra de Joseph Fielding Smith, Answers to Cospel Questions, 4:139).

“Esta alegoría del Olivo, como la relata Jacob, tiene desde el inicio la intención de referirse a Cristo… “Así como del esparcimiento y recogimiento de Israel, el Señor de la viña y Sus obreros se esfuerzan por apuntalar, podar, purificar y de distintas formas hacer productivos los árboles, el significado más profundo de la Expiación asegura esas labores y las sobrepasa. Aunque se talan, Injertan y nutren esos árboles, mezclándolos en prácticamente todas las partes de la viña, el tema principal de la alegoría es devolverlos a sus orígenes. Volver, arrepentirse, reunirse, aunarse mediante la Expiación… éste es el mensaje a lo largo y ancho. “…Al menos en quince ocasiones el Señor de la viña expresa el deseo de tomar la viña y su fruto para Sí mismo, y se lamenta por lo menos ocho veces. Un estudioso de la alegoría dice que ésta debería ocupar un lugar al lado de la parábola del hijo pródigo, pues ambos relatos ‘hacen de la misericordia del Señor algo conmovedoramente memorable’. “Sin duda esta unificación mediante la Expiación constituye una labor dura, exigente y, en ocasiones, dolorosa, como siempre lo es la obra de la redención. Hay que cavar y abonar, regar,  nutrir y podar. Y siempre hay infinitas formas de injertar, todas con un único propósito salvador: que los árboles de la viña medren ‘en sumo grado’ y se conviertan en ‘un cuerpo… [de] frutos… iguales’, con el Señor de la viña habiendo ‘preservado para sí mismo el fruto’. La obra de Cristo (y Sus discípulos) siempre ha sido, en cualquier dispensación, recoger, sanar y reunir a los hijos del Padre con su Maestro, sin importar los lugares lejanos del pecado o la enajenación en que se hallen” (Christ and the New Covenant, 1997, págs. 165–166).

Leemos en Jacob capítulo 5 versos del 1 al 3 lo siguiente:

He aquí, hermanos míos, ¿no os acordáis de haber leído las palabras del profeta 
Zenós, las cuales habló a la casa de Israel, diciendo:
¡Escuchad, oh casa de Israel, y oíd las palabras mías, que soy un profeta del Señor!


Porque he aquí, así dice el Señor: Te compararé, oh casa de Israel, a un olivo cultivado que un hombre tomó y nutrió en su viña; y creció y envejeció y empezó a secarse.

En el verso tres notamos que dice lo siguiente: Te compararé, oh casa de 
Israel, a un olivo… ¿Por qué?

El uso del olivo como símbolo de la casa de Israel es un ejemplo excelente de cómo Dios utiliza el simbolismo para enseñar a sus hijos las leyes y los principios del evangelio. Durante siglos se ha asociado el árbol del olivo con la paz.

La guerra y sus penosas consecuencias de destrucción, el saqueo de la tierra, el sitio y la muerte, eran difícilmente condiciones apropiadas para el cultivo de huertos de olivos, los cuales requieren muchos años de cuidados para alcanzar una producción plena. Cuando la paloma volvió al arca de Noé, llevaba en su pico una hoja de olivo como símbolo de que Dios se encontraba nuevamente en paz con la tierra (véase Génesis 8:11). La rama de olivo se utilizó en Grecia y en Roma para representar la paz, y todavía se usa en ese sentido en los escudos de varios países del mundo. La única fuente de paz es Jesucristo, el Príncipe de Paz, y Su paz sólo se obtiene por medio de la obediencia a las leyes y ordenanzas del evangelio. Esas leyes y ordenanzas se dan al mundo mediante la casa de Israel, simbolizada por el olivo. Alguien dijo una vez que no se eligió a Israel para ser un pueblo altivo, cuyo fin fuera elevarse por sobre los demás, sino por el contrario, para elevar a los demás. En el cultivo del olivo, existe otro evidente significado simbólico. Si el vástago verde de un olivo se planta directamente y se le permite crecer, se convierte en un olivo silvestre, un arbusto que crece sin control en una maraña de gajos y ramas que solamente producen un pequeño fruto inservible (véase Harold N. y Alma L. Moldenke, Plants of the Bible, pág. 159). Para llegar a obtener un olivo productivo, el gajo principal del silvestre se debe cortar totalmente e injertar en él una rama de un olivo cultivado. Mediante podas y cuidados, el árbol comenzará a dar fruto a los siete años, pero no alcanzará su máxima productividad hasta después de los quince años. En otras palabras, el olivo no puede producir buen fruto por sí mismo, sino que requiere injertos y cuidados por parte del horticultor para alcanzar su máxima producción. A través de su historia, Israel ha demostrado una y otra vez cuán extraordinariamente apropiado es simbolizado con un olivo. Cuando el pueblo de Israel se puso en las manos de su Dios para que lo podara e injertara, prosperó y dio buen fruto; pero cuando se apartó de Cristo, el Amo de la viña, y buscó su propia fuente de vida y sostén, se tornó silvestre e infructífero. Otras dos características importantes del olivo ilustran aún más cuán apropiado es este símbolo para Israel. Primero, aunque un olivo requiere casi quince años para alcanzar su plena fructificación, puede luego producir durante siglos. Algunos de los árboles de olivos que se encuentran en la Tierra Santa han producido frutos abundantemente por lo menos durante cuatrocientos años. La segunda y asombrosa cualidad de este árbol es que cuando finalmente envejece y comienza a morir, las raíces echan nuevos brotes, que si se injertan y se podan en la forma correcta, crecerán hasta convertirse en árboles productivos. Por lo tanto, aparte de que el árbol mismo puede producir fruto durante siglos, la raíz del árbol puede seguir produciendo fruto y nuevos árboles durante milenios. Se cree que algunos de los antiguos olivos que existen en Israel en la actualidad provienen de árboles que ya eran antiguos durante el ministerio terrenal de Cristo. ¿En qué forma se puede comparar Israel con un olivo? Zenós no fue el único profeta que utilizó el olivo como símbolo figurativo para representar al pueblo escogido de Dios. Jeremías, previendo la destrucción de los judíos por los babilonios, comparó el pueblo del convenio con un olivo verde consumido por el fuego (véase Jeremías 11:16). También el apóstol Pablo utilizó una breve alegoría sumamente parecida a la de Zenós con el fin de amonestar a los cristianos romanos contra el orgullo, cuando éstos compararon su posición favorecida con la de los judíos (véase Romanos 11:16-24). En la revelación moderna, el Señor utiliza la parábola de la viña y del plantío de olivos para demostrar cuál es Su voluntad concerniente a la redención de Sión (véase D. y C. 101:43-58).

Bueno hermanos ahora vamos a leer del verso 4 al 77, espero que tengan una buena almohada con ustedes jajaja.

Veremos ahora hermanos unas gráficas que explican el significado de esos versículos y así nos ahorramos mucho tiempo, ya después con calma usted puede ir pausando el video conforme vaya leyendo el capítulo 5 de Jacob en su estudio personal.

Si no logran ver bien las gráficas aquí en el video,  recuerden que puede ir a nuestro sitioweb y ahí estarán también.






Retomando la lección y avanzando un poco en la misma, nos dice que leamos los versos 61 al 75 del capítulo 5 de Jacob.
Agarremos aire y leamos:

Jacob 5:61–75
Libro de Mormón
61 ve, pues, y llama siervos para que trabajemos diligentemente con todo nuestro empeño en la viña, a fin de que podamos preparar el camino para que yo produzca otra vez el fruto natural, el cual es bueno y más precioso que cualquier otro fruto.
62 Por tanto, vayamos y trabajemos con nuestra fuerza esta última vez; porque he aquí, se acerca el fin, y esta es la última vez que podaré mi viña.
63 Injerta las ramas; empieza por las últimas, para que sean las primeras, y que las primeras sean las últimas; y cava alrededor de los árboles, viejos así como nuevos, los primeros y los últimos; y los últimos y los primeros, a fin de que todos sean nutridos de nuevo por la postrera vez.
64 Por tanto, cava alrededor de ellos, y pódalos, y abónalos de nuevo por última vez, porque el fin se acerca. Y si acaso estos últimos injertos crecen y producen el fruto natural, entonces les prepararás el camino para que crezcan.
65 Y a medida que empiecen a crecer, quitarás las ramas que dan fruto amargo, según la fuerza y el tamaño de las buenas; y no quitarás todas las ramas malas de una vez, no sea que las raíces resulten demasiado fuertes para el injerto, y este perezca, y pierda yo los árboles de mi viña.
66 Porque me aflige que tenga que perder los árboles de mi viña; por tanto, quitarás lo malo a medida que crezca lo bueno, para que la raíz y la copa tengan igual fuerza, hasta que lo bueno sobrepuje a lo malo, y lo malo sea talado y echado en el fuego, a fin de que no obstruya el terreno de mi viña; y así barreré lo malo de mi viña.
67 Y de nuevo injertaré las ramas del árbol natural en el árbol natural;
68 e injertaré las ramas del árbol natural en las ramas naturales del árbol; y así las juntaré otra vez para que produzcan el fruto natural, y serán uno.
69 Y lo malo será echado fuera, sí, fuera de todo el terreno de mi viña; pues he aquí, tan solo esta vez podaré mi viña.
70 Y aconteció que el Señor de la viña envió a su siervo, y este fue e hizo lo que el Señor le había mandado, y trajo otros siervos; y eran pocos.
71 Y les dijo el Señor de la viña: Id y trabajad en la viña con vuestro poder. Porque he aquí, esta es la última vez que nutriré mi viña; porque el fin se aproxima y la estación viene rápidamente; y si vosotros trabajáis conmigo con vuestro poder, os regocijaréis en el fruto que recogeré para mí mismo, para el tiempo que pronto llegará.
72 Y sucedió que los siervos fueron y trabajaron con todas sus fuerzas; y el Señor de la viña también trabajó con ellos; y en todo obedecieron los mandatos del Señor de la viña.
73 Y empezó de nuevo a producirse el fruto natural en la viña; y las ramas naturales comenzaron a crecer y a medrar en sumo grado; y empezaron luego a arrancarse las ramas silvestres y a echarse fuera; y conservaron iguales la raíz y la copa, según su fuerza.
74 Y así trabajaron con toda diligencia, según los mandamientos del Señor de la viña, sí, hasta que lo malo hubo sido echado de la viña, y el Señor hubo logrado para sí que los árboles volviesen nuevamente al fruto natural; y llegaron a ser como un cuerpo; y los frutos fueron iguales, y el Señor de la viña había preservado para sí mismo el fruto natural, que fue sumamente precioso para él desde el principio.
75 Y aconteció que cuando el Señor de la viña vio que su fruto era bueno y que su viña ya no estaba corrompida, llamó a sus siervos y les dijo: He aquí, hemos nutrido mi viña esta última vez; y veis que he obrado según mi voluntad; y he preservado el fruto natural que es bueno, aun como lo fue en el principio. Y benditos sois, porque a causa de que habéis sido diligentes en obrar conmigo en mi viña, y habéis guardado mis mandamientos, y me habéis traído otra vez el fruto natural, de modo que mi viña ya no está más corrompida, y lo malo se ha echado fuera, he aquí, os regocijaréis conmigo a causa del fruto de mi viña.

¿De qué manera estamos sirviendo en la viña del Señor? ¿Cómo se relacionan esos versículos con la labor que estamos realizando?
Hermanos, Dios se preocupa por sus hijos, así como nosotros nos preocupamos por los nuestros, hay padres que ya tienen hijos adolescentes o mayores de edad, que son Santos de los Últimos Días, pero hablando de esa juventud piensan que pueden hacer todo a su corta edad,  y se rebelan contra sus padres, algunos  levantan la mano a sus padres, otros les roban, otros se avergüenzan de ellos, etc. Y los adultos queridos hermanos, no estamos exentos de cometer esos errores. En ocasiones los Padres pueden sentirse tristes al ver que sus hijos tienen un mal comportamiento y van en contra de las enseñanzas de Dios.

Como Santos de los Últimos Días creemos en las familias eternas y es difícil como padres saber que uno de nuestros hijos tal vez no llegara a obtener la vida eterna que es el poder vivir con  Nuestro Padre Celestial. Al leer Jacob algunos padres pueden encontrar consuelo ante tales situaciones.

Leemos en
Jacob 5:41, 46–47
Libro de Mormón
41 Y aconteció que el Señor de la viña lloró, y dijo al siervo: ¿Qué más pude haber hecho por mi viña?
46 Y ahora bien, he aquí, no obstante todo el cuidado que hemos dado a mi viña, sus árboles se han corrompido, de modo que no dan buen fruto; y yo había esperado preservar a estos, a fin de haber guardado su fruto para la estación, para mí mismo. Mas he aquí, se han vuelto como el olivo silvestre, y no valen nada sino para ser cortados y echados al fuego; y me aflige que tenga que perderlos.
47 ¿Pero qué más pude yo haber hecho en mi viña? ¿He relajado mi mano de modo que no la he nutrido? No, la he nutrido y cavado alrededor; la he podado y abonado; y he extendido la mano casi todo el día, y el fin se acerca. Y me aflige que tenga que talar todos los árboles de mi viña, y echarlos en el fuego para que sean quemados. ¿Quién es el que ha corrompido mi viña?

Entonces queridos hermanos ¿Qué se sugiere en 
Jacob 5:41, 46–47 respecto a cómo se siente el Padre Celestial en cuanto a Sus hijos que se desvían? ¿Qué intenta hacer Él para salvarlos?

En la pregunta ¿Qué intenta hacer Él para salvarlos? Encontramos la respuesta en Jacob capítulo 5 versos 61 al 75

Jacob 5:61–75
Libro de Mormón
61 ve, pues, y llama siervos para que trabajemos diligentemente con todo nuestro empeño en la viña, a fin de que podamos preparar el camino para que yo produzca otra vez el fruto natural, el cual es bueno y más precioso que cualquier otro fruto.
62 Por tanto, vayamos y trabajemos con nuestra fuerza esta última vez; porque he aquí, se acerca el fin, y esta es la última vez que podaré mi viña.

Estos siervos  somos usted y yo, las autoridades generales y todo aquel hermano que sin ser obligado hace cosas positivas para la salvación de sus hermanos.

En este punto han escuchado el dicho: ¿Nadie es profeta en su propia tierra? En muchas ocasiones la respuesta o consejo que queremos darle a nuestros familiares no la aceptaran, pero en muchas de las ocasiones el escuchar, ver o leer información de la iglesia y de otras fuentes no oficiales, pero que están a favor de la misma, ellos encuentran sus respuestas.

En los siguientes versículos leemos que el señor manda injertar unas ramas, primero las ultimas para que al final sean las primeras y explica el proceso de cómo deben trabajar los siervos del señor a fin de no perder los árboles y sus frutos.

Leemos en los versos 70 y 71:

70 Y aconteció que el Señor de la viña envió a su 
siervo, y este fue e hizo lo que el Señor le había mandado, y trajo otros siervos; y eran pocos.
71 Y les dijo el Señor de la viña: Id y trabajad en la viña con vuestro poder. Porque he aquí, esta es la última vez que nutriré mi viña; porque el fin se aproxima y la estación viene rápidamente; y si vosotros trabajáis conmigo con vuestro poder, os regocijaréis en el fruto que recogeré para mí mismo, para el tiempo que pronto llegará.

Sabemos por medio de las enseñanzas de nuestros profetas que el número de los miembros de la iglesia será poco a comparación de otras denominaciones. Pero también dentro de este número pequeño de Santos, también habrá un número más pequeño de Santos de los Últimos Días que guardaran su testimonio y harán todo lo posible por predicar el evangelio, habrá otros que simplemente guardaran silencio habiendo ya ganado su galardón. Pero para estos que guarden o guardemos nuestro testimonio hay una promesa, leemos en el verso 72:

72 Y sucedió que los siervos fueron y trabajaron con todas sus fuerzas; y el Señor de la viña también trabajó con ellos; y en todo obedecieron los mandatos del Señor de la viña.

Entonces hermanos, para todos aquellos que hagan su parte predicando el evangelio con o sin llamamiento, el señor junto con el Espíritu Santo les ayudaran en su trabajo, NO será fácil claro está, pero el Señor estará trabajando junto con ustedes.

Los versos siguientes dicen:

74 Y así trabajaron con toda diligencia, según los mandamientos del Señor de la viña, sí, hasta que lo malo hubo sido echado de la viña, y el Señor hubo logrado para sí que los árboles volviesen nuevamente al fruto natural; y llegaron a ser como 
un cuerpo; y los frutos fueron iguales, y el Señor de la viña había preservado para sí mismo el fruto natural, que fue sumamente precioso para él desde el principio.
75 Y aconteció que cuando el Señor de la viña vio que su fruto era bueno y que su viña ya no estaba corrompida, llamó a sus siervos y les dijo: He aquí, hemos nutrido mi viña esta última vez; y veis que he obrado según mi voluntad; y he preservado el fruto natural que es bueno, aun como lo fue en el principio. Y benditos sois, porque a causa de que habéis sido diligentes en obrar conmigo en mi viña, y habéis guardado mis mandamientos, y me habéis traído otra vez el fruto natural, de modo que mi viña ya no está más corrompida, y lo malo se ha echado fuera, he aquí, os regocijaréis conmigo a causa del fruto de mi viña.
Que hermosas promesas leemos en estos versos: Y benditos sois, porque a causa de que habéis sido diligentes en obrar conmigo en mi viña, y habéis guardado mis mandamientos, y me habéis traído otra vez el fruto natural, de modo que mi viña ya no está más corrompida, y lo malo se ha echado fuera, he aquí, os regocijaréis conmigo a causa del fruto de mi viña.

En otras publicaciones también he dicho que ese fruto es nuestra alma, si así fuéramos que nos esforzáramos y le lleváramos tan solo un alma al señor… Esa alma es la nuestra.

Cuando      servía         como         integrante de     los     Setenta, el élder Dean L. Larsen declaró que cada uno de nosotros forma parte de este esfuerzo final de preparar al mundo para la venida de Jesucristo: “[Éste] es el período durante el cual el Señor y Sus siervos harán el gran esfuerzo final por llevar el mensaje de la verdad a todos los pueblos de la tierra y por reclamar para sí a los descendientes del antiguo Israel que han perdido su verdadera identidad. “El profeta Zenós, a quien cita Jacob en el Libro de Mormón, compara este esfuerzo con la labor de unos trabajadores que podan y nutren una viña y recogen su fruto por última vez. Zenós compara al Salvador con el amo de la viña, que dice a sus siervos: ‘Por tanto, vayamos y trabajemos con nuestra fuerza esta última vez; porque he aquí, se acerca el fin, y ésta es la última vez que podaré mi viña’ (Jacob 5:62). “Ustedes han venido a la tierra cuando ya se han colocado los cimientos de esta gran obra. El Evangelio ha sido restaurado por última vez, y la Iglesia se ha establecido ya en casi todo el mundo. El escenario está listo para que se desarrollen las últimas escenas dramáticas, y ustedes serán los actores principales. Están entre los últimos siervos que trabajan en la viña. Ése es el yugo que se ha colocado sobre sus hombros; ése es el servicio para el cual han sido elegidos” (véase Liahona, julio de 1983, págs. 51–52).


Hermanos el señor nos ama, el desde el principio de los tiempos se ofreció para cumplir el plan de nuestro Padre celestial, Yo aún no logro comprender su amor, sabemos por nuestra doctrina que vivimos con Nuestro Padre Celestial y con Jehová, en la pre-existencia, no sé cuánto tiempo, pero  pasamos tiempo platicando, divirtiéndonos, recibiendo nuestras primeras lecciones en los cielos. Y solo puedo llegar  a la conclusión que nos ama, a tal grado de dar su vida por cada uno de nosotros.

En el subtema leemos:

Podemos permanecer firmes cuando otras personas cuestionen nuestra fe.

En esta clase leemos que existió una persona llamada Sherem, fue el primer Anti-Cristo mencionado en el Libro de Mormón.

Leer los versos del 1 al 20 hermanos.

Sherem, como otros que vinieron después, se valió de “mucha elocuencia” y palabras lisonjeras a fin de enseñar “que no habría ningún Cristo” (Jacob 7:2, 4). El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) enseñó que uno de los propósitos principales del Libro de Mormón es ayudarnos a discernir entre la verdad y el error, revelando los motivos de las personas como Sherem: “El Libro de Mormón expone a los enemigos de Cristo; confunde las falsas doctrinas y… fortalece a los humildes seguidores de Cristo en contra de los malignos designios, estrategias y doctrinas del demonio en nuestros días. La clase de apóstatas con que cuenta el Libro de Mormón es similar al tipo de apóstatas de la actualidad. Con su infinito conocimiento del futuro, Dios modeló el Libro de Mormón de tal forma que pudiéramos distinguir el error y pudiéramos saber cómo combatir los falsos conceptos educacionales, políticos, religiosos y filosóficos de nuestros tiempos” (véase Liahona, agosto de 1975, pág. 41).

El libro de Mormón nos da las respuestas para no ser engañados leemos:

Jacob 7:2–4.El presidente    Ezra  Taft   Benson compartió las siguientes tres preguntas que podemos hacernos para no ser engañados: “1. ¿Qué dicen los libros canónicos al respecto?… “El Libro de Mormón, dijo Brigham Young, estaba escrito en las tablas de su corazón y no hay duda de que lo ayudó a no ser engañado… “2. La segunda guía es: ¿Qué dicen los presidentes de la Iglesia al respecto, en particular el presidente actual?… “3. La tercera y última prueba es el Espíritu Santo, la prueba del Espíritu… Esta prueba solamente puede tener una eficacia plena si los canales de comunicación de uno con Dios están limpios y son virtuosos, sin el estorbo del pecado. Dijo Brigham Young: “‘Pueden saber si se dejan llevar por el bien o el mal… porque cada principio que Dios ha revelado lleva el convencimiento de su propia verdad a la mente humana… “‘¡Cuán lamentable sería que nos llevase un solo hombre a la destrucción total!’” (en Conference Report, octubre de 1963, págs. 16–17).

Hoy en día nosotros podemos leer sobre Sherem, nuestros líderes nos aconsejan y nos dan luz en cuanto el tema, pero en aquel tiempo era mucho más difícil estar alertas y  tener recursos adicionales para reconocer a ese tipo de personas que están en contra de Dios ¿Cómo era Sherem? Leemos en Jacob capítulo 7 verso 4.

Y era un hombre instruido, pues tenía un conocimiento perfecto de la lengua del pueblo; por tanto, podía emplear mucha lisonja y mucha elocuencia, según el poder del diablo.

En otras palabras, este hombre te decía lo que querías oír, si eras el más pecador él te decía que no era culpa tuya, si no que Dios te había hecho débil y que el perdonaría tus pecados, o que seremos salvos por fe y no por obras, etc.

Sherem era un hombre que no le temía a Dios y buscaba pelear, contender, yo me imagino que decía Sherem, ya estoy aburrido voy a buscar a Jacob para quitarme lo aburrido jejeje, Y no es broma hermanos, fue y lo busco para pelear con él, Leemos en el verso 6:

Y aconteció que me vino a ver, y de esta manera me habló, diciendo: Hermano Jacob, mucho he buscado la oportunidad para hablar contigo, porque he oído, y también sé, que mucho andas, predicando lo que llamas el evangelio o la doctrina de Cristo.

Los versículos siguientes nos narran que se enfrascan en un debate, Pero Dios fortaleció a Jacob leemos del verso 8 al 11:

Mas he aquí que el Señor Dios derramó su 
Espíritu en mi alma, de tal modo que lo confundí en todas sus palabras.
Y le dije: ¿Niegas tú al Cristo que ha de venir? Y él dijo: Si hubiera un Cristo, no lo negaría; mas sé que no hay Cristo, ni lo ha habido, ni jamás lo habrá.
10 Y le dije: ¿Crees tú en las Escrituras? Y dijo él: Sí.
11 Y le dije yo: Entonces no las entiendes; porque en verdad testifican de Cristo. He aquí, te digo que ninguno de los profetas ha escrito ni profetizado sin que haya hablado concerniente a este Cristo.

El debate fue tan bueno que Sherem le dijo en el verso 13:

13 Y aconteció que me dijo: Muéstrame una 
señal mediante este poder del Espíritu Santo, por medio del cual sabes tanto.

En este punto el Señor declaró: “La      fe no viene por las señales, más las señales siguen a los que creen” (D. y C. 63:9; véanse también los versículos 10–12). El élder Bruce R. McConkie (1915–1985) explicó que los justos verán señales en su vida como resultado de su fe: “Las señales proceden de la fe. Puede ser que de paso tengan el efecto de fortalecer la fe de quienes ya tienen inclinaciones espirituales, pero el propósito principal de ellas no es convertir a las personas a la verdad sino premiar y bendecir a quienes ya están convertidos… “Las señales son dádivas sagradas de divino favor reservadas para los fieles y a los que las reciben se les manda no jactarse de ellas” (Mormón Doctrine, segunda edición, 1966, págs. 713–714).

Hermanos, al leer el ejemplo de Jacob al defender el evangelio del Señor Jesucristo ¿Qué otros ejemplos de defender nuestra fe con firmeza podemos compartir ya sea de las Escrituras, de nuestra historia familiar o de nuestra vida? Quizá hay mensajes de los líderes de la Iglesia que nos hayan ayudado cuando otras personas procuraron sacudir nuestra fe. ¿Qué aprendemos de esos versículos en cuanto a las tácticas y enseñanzas de los que se oponen a la obra de Dios? ¿Qué aprendemos de Jacob sobre cómo llegar a ser más inquebrantables en nuestra fe? Compartan con nosotros sus experiencias, dejen sus comentarios queridos hermanos.

Bueno mis queridos hermanos, ya casi terminamos esta lección de Ven, sígueme, recuerden que solo es algo complementario para su estudio personal, nunca cambie su estudio personal por estos audios, aunque nos ayuda también a seguir compartiendo con usted, en esta parte final de la lección nos hacen la invitación de seguir confiando en el Señor. A fin de que podamos predicar el evangelio de todas las formas posibles, claro está que nadie está obligado hacerlo, cada quien sabe si recibe galardón por omisión o comisión.

Leemos los siguientes versículos

Jacob 7:24–25
Libro de Mormón
24 Y aconteció que se idearon muchos medios para rescatar a los lamanitas y restaurarlos al conocimiento de la verdad; mas todo fue en vano, porque se deleitaban en guerras y en el derramamiento de sangre, y abrigaban un odio eterno contra nosotros, sus hermanos; y de continuo buscaban el modo de destruirnos por el poder de sus armas.
25 Por tanto, el pueblo de Nefi se fortificó contra ellos con sus armas y con todo su poder, confiando en el Dios y roca de su salvación; por tanto, pudieron ser, hasta el momento, vencedores de sus enemigos.


Enfoquemos nuestro pensamiento en estas palabras: Y aconteció que se idearon muchos medios para 
rescatar a los lamanitas y restaurarlos al conocimiento de la verdad… Tal vez no nos toque pelear al grado de derramar nuestra sangre, pero hoy  somos grandemente bendecidos que podemos compartir el evangelio con uno cuantos clics o con pulsar las pantallas de nuestros equipos electrónicos. Pero aun así hay quienes no lo comparten.

Llegamos al final de este video queridos hermanos, les recordamos que este es su canal, si aún no estas suscrito te invitamos a que lo hagas, que compartas nuestros aportes, dejes tu like y tus impresiones de esta lección en los comentarios.

Nos vemos en el próximo video.

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