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Mi regreso antes de tiempo.




Se cuenta una historia de una gallina y un cerdo que conversaban sobre las contribuciones que habían hecho al desayuno del granjero. La gallina se quejaba por tener que entregar sus huevos para el desayuno, a lo que el cerdo contestó: “Sí, pero para ti es un pequeño sacrificio, ¡pero para mí es un compromiso total!”.
Esta anécdota contiene lecciones obvias para los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Deberíamos preguntarnos si somos de esas personas que consideran suficiente contribuir de vez en cuando con un huevo o dos para la edificación del reino o si deseamos ser contados entre los que lo consagran todo a esa empresa.

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Se supone que la verdadera conversión al Evangelio de Jesucristo tendrá manifestaciones externas en las acciones de los miembros de la Iglesia. Es decir, aquellos que reciben una afirmación espiritual que deriva de un testimonio fuerte, normalmente desean vivir los principios del Evangelio en toda su plenitud y harán todo lo que fuere necesario para magnificar sus llamamientos, pagar un diezmo íntegro y una ofrenda de ayuno generosa, santificar el día de reposo, efectuar la noche de hogar, estudiar las Escrituras, etcétera. Todos estos actos dignos, junto con innumerables otros, constituyen los esfuerzos personales que realizan los miembros consagrados de la Iglesia.

Al disciplinar nuestro espíritu de este modo, nos preparamos para una existencia celestial. El Señor nos dice en Doctrina y Convenios 88:22: “Porque el que no es capaz de obedecer la ley de un reino celestial, no puede soportar una gloria celestial”. Hugh Nibley, erudito Santo de los Últimos Días, dijo: “Descubrirán que el objeto principal de Doctrina y Convenios es implantar la ley de consagración”. Y enseñó: “Esta ley, la consumación de las leyes de obediencia y sacrificio, es el umbral del reino celestial, el último y más difícil requisito que se le precisa al hombre [y a la mujer] en esta vida”

                                    














        Más que el diezmo


Al analizar el tema de la consagración, lo primero en lo que pensamos suele ser la consagración de nuestras posesiones temporales. En este aspecto, en la actualidad se requiere el pago del diezmo y de las ofrendas como paso preparatorio para aprender a devolverle al Padre una parte de lo que Él nos ha dado. Pero la ley de consagración va más allá del mero pago de diezmos y ofrendas o de la consagración de nuestro dinero y de nuestros bienes al Señor. “La ley de consagración”, dijo el élder Bruce R. McConkie (1915–1985), del Quórum de los Doce Apóstoles, “consiste en consagrar nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestro dinero y nuestras propiedades a la causa de la Iglesia; todo ello ha de estar disponible según sea necesario para promover los intereses del Señor en la tierra”2.

En la década de 1820, la palabra consagrar se definía como “hacer o declarar sagrado mediante determinadas ceremonias o ritos; apartar para fines sagrados; apartar, dedicar o entregar al servicio y a la adoración de Dios”3. En la actualidad, se espera que los miembros de la Iglesia, al vivir la ley de consagración, se aparten a sí mismos “para fines sagrados”. El hacerlo requiere que dediquen su tiempo, sus talentos y sus posesiones a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y sus propósitos. Puede que nunca se nos pida que lo demos todo, pero nuestra disposición a ponerlo todo en el altar es una señal entre nosotros y Dios de que nos sometemos a Su voluntad en todas las cosas...

         
                
...Para algunos, la prueba de su dedicación a la obra del Señor se evidencia en una fidelidad inquebrantable ante lo que parecerían ser adversidades insuperables. Tal como enseñó el profeta José Smith: “[Dios ha dicho que] desea un pueblo que ha sido probado, y que quiere purificarlo como el oro”4. Hemos sabido de padres asombrosos que han permanecido firmes al saber del fallecimiento de su hijo misionero o de su hija misionera. Nos acordamos de aquellos que se acercan más al Señor cuando padecen la pérdida del cónyuge a consecuencia de la muerte o del divorcio, o de aquellos que quedan sin empleo o padecen el dolor de un hijo descarriado. Para otras personas, el cuidar de padres ancianos o de un hijo discapacitado quizá sea el sendero en el que se encuentran actualmente para brindar un servicio consagrado. En verdad hay momentos y épocas de nuestra vida que nos permiten disponer de más o de menos tiempo para dedicarlo a esta búsqueda de toda la vida. Hay muchas maneras de dedicarnos a fines sagrados...














El pueblo de Sión


Siempre que en las Escrituras se alude a aquellos que han aprendido, como sociedad, a vivir plenamente la ley de consagración, leemos de un pueblo puro y pacífico, libre de luchas y contención, un pueblo de Sión. Así fue con el pueblo de Enoc. En Moisés 7:18 leemos: “Y el Señor llamó Sión a su pueblo, porque eran uno en corazón y voluntad, y vivían en rectitud; y no había pobres entre ellos”.
La consagración no se logra con un acto único. En esa empresa, las personas que aceptan de buen grado el llamamiento de servir en la guardería, o como líder de los lobatos, maestro de seminario matutino, maestro Scout u otros llamamientos que consumen mucho tiempo y que a veces se consideran cargos de poca importancia, ciertamente son ejemplos de lo que significa la consagración.
Al final, el ofrecernos para fines sagrados puede significar sencillamente mantener una actitud constante de mansa disposición para ofrecer todo lo que seamos capaces de dar, en cualquier momento, mientras ayudamos a los demás a hacer lo mismo. La consagración es más bien un proceso diario de dedicación, humildad, refinamiento y purificación al seguir el ejemplo de la persona más consagrada de todos los tiempos: nuestro Salvador y Redentor Jesucristo.




Fin del discurso.

HISTORIA PERSONAL DEL CREADOR DE ESTE BLOG.


Cuando yo preste servicio como misionero fue una de las experiencias mas bonitas de mi vida y a la vez uno de los tragos mas amargos.



Cuando recibí  mi llamamiento misional con fecha 30 de Septiembre del 2003 fue uno de los mejores días  que pase junto con mi familia.



Las ansias de abrir mi llamamiento se hacían mas grandes conforme pasaban las horas, ya no podía esperar hasta la noche que estuviera mi Padre y mis hermanos reunidos.

El tiempo llego y estando reunidos abrí mi llamamiento, se me llamo a servir a la misión Tuxtla Gutierrez Chiapas México por 24 meses, etc.

Todos contentos, felices al saber en que tierras caminaría, yo un poco desconcertado porque en mi bendición Patriarcal se me dice que yo iría a tierras lejanas a predicar, que predicaría en el extranjero, que mi voz llegaría a muchos países, etc,

Que feliz y que desilusión, sentimientos encontrados, pasaron las semanas y deje ese asunto por la paz e inicie a prepararme para presentarme el 31 de Diciembre del mismo año.

Ya en el 2004 se me asigna mi área y compañero, mi papa (apodo misional para el compañero que te entrenaba, algo común en esa época).

Todo bien en los meses de ese año, caminamos largas distancias, usamos bicicletas, raites (aventones), etc.  Como casi todo joven en esa edad.

Pasaron los meses, los cambios y se me asigno a ir a Tapachula Chiapas México, Ahí inicia la prueba de mi Fe y Testimonio del Evangelio. Quienes son de esa localidad sabrán que en Tapachula no llueve sino que se cae  el cielo.


             

En una noche de regreso a casa,  y a una cuadra de la casa y para no variar con lluvia,  y las calles inundadas decidí ayudar a mi compañero como prueba de servicio a cruzar la calle. Apenas avance uno cuantos metros mi pie cayo  en un hoyo pequeño,  pero lo suficientemente grande para que cupiera mi pie. Caí de rodillas sobre unas piedras lastimándome los meniscos, pero en ese momento no lo sabia, solo fue un golpe común que con el paso de los minutos se quitaría el dolor, pero no fue así.

Pasaron dos semanas y el dolor seguía en mis rodillas, siendo la rodilla izquierda la mas afectada, ya no podía caminar largas distancias e inicie a usar muletas, hable con el presidente de misión por teléfono y a los días en la conferencia de zona para misioneros.

En la cual se me informo que la misión se haría cargo por mi operación y tratamiento, ya que mi familia no contaba con los recursos, se me dijo que el presidente de estaca ya tendría el hospital, fecha y hora para mi evaluación y operación de mis rodillas.




Se compraron mis boletos para regresar, me sentía por una parte feliz porque vería a mi familia y triste porque dejaba a las familias en enseñanza y fecha bautismal.

El presidente antes de partir me entrego un sobre, el cual me dijo que no lo abriera y que se lo entregara al presidente de estaca.

Llegue a Tijuana México y en la tarde fuimos a hablar con el presidente de estaca, le entregue el sobre con la instrucción que me habían dado, lo abrió y saco un documento el cual era mi relevo medico honorable.... ¿Que? ¿Como? En ese momento me relevaron de mi llamamiento como misionero de tiempo completo, como era de esperarse reaccione y le dije que no lo aceptaba puesto que yo venia a operarme y regresar a terminar mi misión, a lo que el presidente de estaca  respondió agresivamente `` tu no has aprendido nada en este tiempo, debes aceptar y seguir el consejo de tu líder``... Yo le conteste, eso no es lo que se me dijo, de haber sabido hubiera terminado con las piernas rotas pero en mi misión.




No se si ustedes hermanos lleguen a sentir lo que yo en ese momento, el único  hijo misionero de la familia de 5 hermanos, estaba quedando fuera de las filas del ejercito del señor, la cara de mis padres de tristeza, de desilusión al ver un líder actuar de una manera tan nefasta.

Salimos de la oficina, yo derrotado, pensando tantas tonterías ¿Quien no lo haría al pasar por ese trago amargo? Al día siguiente hable con mi presidente de misión a como pude y con mis muletas llegue a una caseta telefónica casi a un kilómetro de distancia. Hable con el y le explique que el presidente de estaca me había relevado y que no habíamos quedado en esos términos, ya que el presidente de estaca sostuvo que fue el presidente de misión quien le dio esa instrucción de relevarme.

El presidente solo dijo que no era verdad y que hablaría con el presidente de estaca y fue todo lo que supe de el.

Caí en cama los dolores fueron intensos, solo me retorcía del dolor, eramos un familia de escasos recursos, aun  lo somos, pero no a tal grado de ese entonces.  Mi padre salia a las 3 o 5 de la mañana  de la casa para dirigirse a los lugares donde el vendía los tamales para juntar para mi operación, pues quedamos solos. Mi padre caminaba largas distancias cargando una hilera y termo donde llevaba el atole para vender. El obispo en turno de un pediche no me bajo (adjetivo para decir que una persona solo pide y no paga)  y que no había fondos para ayudarme, que los hermanos no daban ofrendas.




Todas las noches mi madre y hermanas preparaban tamales para el día siguiente venderlos,  y me hundía mas en la desesperación, en el enojo hacia aquellos que debieron ser el bálsamo para nuestras heridas, los días acostado y semanas sin hacer actividad física hicieron que aumentara de peso, etc.

Mi padre me daba bendiciones de salud por medio del Sacerdocio cada día, y después salia de casa bajo la lluvia a las 4 de la mañana para vender los tamales. Hasta hoy no se que paso por la mente de mi padre, pero vi que el no me abandono, ni mi madre, ni mis hermanos, lo dieron todo por mi, sentí que los defraude al no terminar mi misión.

Aquellos hermanos que no ayudaron solo se dedicaron a sacar conjeturas del porque había regresado, como saben los chismes tienen alas, y en solo un día el barrio ya sabia que había regresado, la mayoría dijo que había violado la ley de castidad, algunos solo se acercaron para ver que información  podrían sacar, pero ninguno fue capaz de decir hermano aquí estoy ¿Cuando lo llevo al medico?




Paso el tiempo y pude levantarme de la cama, fui en busca de un medico, el se compadeció de mi al saber mi historia, aguante sus comentarios negativos hacia lo que yo aun creía y me regalo las terapias, me explico que los suplementos que mi padre me dio me ayudaron (pero también sabia que las bendiciones del sacerdocio dadas por mi Padre tenían el merito) pero el medico no lo entendería.

El medico me recomendó hacer ejercicio por lo menos de 20 a 30 minutos para ver como evolucionaban las rodillas con las terapias, etc. Un día de mutual jugué basquet ball, no tardaron en hacer comentarios que mi situación solo era una farsa y que nunca tuve nada. No entiendo el por que hay personas así. Del 19 de Noviembre del 2004  hasta Agosto del 2005 ninguno me ayudo, intente hablar con el 70 de área, fui a buscarlo a la capilla Paraíso aquí en Tijuana, hable con el y en un mensaje de una conferencia encontré mi respuesta y deje las cosas en paz y seguí con mi vida.

Hace dos años atrás aquel que en su momento fuera obispo de mi barrio, me confeso que fue le presidente de estaca quien le ordeno que no se me ayudara en todos los aspectos para regresar a la misión.

Fue una época sumamente difícil para mi y mi familia, nuestro testimonio decayó, fuimos la comidilla del barrio. Y me preguntaba ¿Por que a mi Si solo quiero ayudar en tu obra? hay otros jóvenes que en verdad no quieren estar y yo quiero regresar. Y le sumaba lo de mi bendición Patriarcal de que iría a una misión al extranjero, después de escuchar que si alguna causa o enfermedad nos limitaba para volver que no nos preocupáramos el señor lo tomaba para bien como si fueran dos años.

Después de ello encontré mas referencias sobre el tema.


El obispo Richard C. Edgley, del Obispado Presidente, explicó que algunos están exentos del servicio misional de tiempo completo: "Hay aquellos hombres y mujeres jóvenes y dignos que tienen en sus corazones el mayor deseo de cumplir una misión, pero debido a que la salud u otras circunstancias limitantes están justificadas con honores ”(en Conference Report, octubre de 1996, 83; o Ensign, noviembre de 1996, 62).

El presidente Gordon B. Hinckley habló de aquellos que tienen limitaciones que restringen su servicio: “Hay otras áreas donde las personas con limitaciones graves pueden trabajar y tener una experiencia satisfactoria. Y el Señor los bendecirá por lo que sean capaces de hacer ”( Primera reunión mundial de capacitación de líderes, enero de 2003, 18).




El élder Richard G. Scott habló sobre alternativas para las personas que están honradamente exentas del servicio misional de tiempo completo: “Su circunstancia física o emocional puede ser tal que el Presidente de la Iglesia lo haya excusado del servicio misional de tiempo completo (vea “Declaración sobre el trabajo misionero” adjunta a la carta de la Primera Presidencia, 11 de diciembre de 2002).

Las siguientes palabras del élder Dallin H. Oaks me vinieron a la mente: “… no se nos ‘degrada’ al ser relevados, y no se nos ‘asciende’ cuando se nos llama; no hay ‘ascensos ni descensos’ en el servicio del Señor. Únicamente se da marcha ‘hacia adelante o hacia atrás’, y esa diferencia radica en la forma en que aceptamos y actuamos con respecto a nuestros relevos y llamamientos. En una ocasión presidí en el relevo de un joven presidente de estaca que había prestado servicio diligente durante nueve años, y ahora se regocijaba por el nuevo llamamiento que él y su esposa acababan de recibir; se les llamó como líderes de la guardería de su barrio. ¡Únicamente en esta Iglesia se consideraría eso como algo igualmente honorable!”1.

Cuando mi amigo y yo hablamos, nos dimos cuenta de que el servicio no acaba cuando se nos releva de un llamamiento, sin importar cuál sea. Para los seguidores de Cristo, el servicio nunca termina....

Y así mi respuestas fueron llegando poco a poco, entendí que a pesar de no terminar mi servicio misional de tiempo completo la misión de predicar nunca termina, comprendí que la verdadera conversión se nota después de los dos años y no durante,  así como el cerdo le dijo a la gallina 
“Sí, pero para ti es un pequeño sacrificio, ¡pero para mí es un compromiso total!”.




Hermano que regresas antes de tiempo y ya no puedes regresar, confía en el señor, nuestro tiempo a pasado y tenemos que seguir en su obra de una u otra manera, existirán injusticias, pero recuerda que ellos darán cuenta de su mayordomía, si mantienes el enfoque y no te distraes con los comentarios de personas que no ayudan, seras un pilar fuerte del evangelio, RECUERDA QUE SEREMOS PROBADOS EN TODAS LAS COSAS. No sera un trago dulce pero sera para tu experiencia.

En mi tiempo estuve solo y sentí el deseo de compartir mi historia, espero y te sea de ayuda.

Si yo hubiera continuado renegando y no me hubiera detenido a preguntar ¿Que es lo que quieres que aprenda? ¿Que es lo que deseas que aprenda? ¿Y como puedo ayudarte en tu obra? Hoy estaría lejos del Evangelio, pero mi madre me salvo.

Tenia yo escasos 12 años cuando mi madre se encontraba en cama con mucho sangrado y en esa noche le dieron una 
bendición para que se hiciera la voluntad del señor y yo me retire al patio con la luz de la luna como testigo, ore al señor y le dije señor tu dices que tenemos las llaves de ministerio de ángeles, salva a mi madre, fue una de las oraciones sinceras. Hoy mi madre sigue viva, con enfermedades pero viva. Ese día obtuve mi testimonio sin darme cuenta. Y es este testimonio que me mantiene firme.

Desde que regrese de la misión, e sido maestro de los adultos solteros, líder de la obra misional y presidente de cuorum de elderes. Ayudo a mi comunidad, entre otras cosas.

Mi voz y mis escritos han pasado fronteras, y se que mi bendición Patriarcal solo se a cumplido parcialmente.

Se de buen animo querido hermano/a que regresas antes de tiempo de la 
misión, solo el señor nos comprende, solo el puede entender como en realidad te sientes, nuestro padres terrenales solo comprenden una parte, pero Él, nuestro Señor y Dios, Nuestro AMIGO, SABE PERFECTAMENTE  lo que pasa en tu mente y corazón.

Hermanos no juzguemos, y seamos mas prestos a sanar las heridas.

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6 comentarios:

  1. Gracias por compartir, saludos desde Ciudad de México

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  2. Respuestas
    1. Seguimos firmes en el Evangelio mi hermano Antonio Arreola.
      Gracias por pasar al blog y comentar.

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  3. Hola mi hermano! Me sucedió algo parecido al final de la misión. Solo que yo tuve una inflamación en los tendones de las rodillas y tobillos. Un abrazo grande y siga siempre firme. Desde argentina

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    1. Gracias Demian C, aquí seguimos en pie de lucha y compartiendo con ustedes. Disculpa mi Nick pero no me daja cambiar blogger mi nickname.

      Saludos desde Tijuana México.

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  4. Mi querido hermano, que maravillosa experiencia, gran muestra de fe y de humildad; es verdad muchas veces no comprendemos el actuar de nuestros lideres, pero el Señor si. Y para empezar estuviste en la mejor Visión del mundo MEXICO TUXTLA GUTIERREZ mi gran Misión. Disfrute mucho esa epoca alla, mi presidente fue Alberto de la O y luego Octaviano Tenorio. Tengo familia en Tijuana. Saludos y animo.

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