ANUNCIO

Breaking News

RECTITUD EN TIEMPOS PELIGROSOS.


Related image


“El mundo se encuentra en estado crítico” . Reconocía en algunos acontecimientos del mundo el cumplimiento de profecías en cuanto a los últimos días, y estaba convencido de que la única esperanza para que hubiera paz en el mundo era la obediencia a las leyes de Dios. En plena Primera Guerra Mundial, advirtió: “La guerra no cesará y los conflictos de este mundo no llegarán a su fin hasta que los hijos de los hombres se arrepientan de sus pecados y se vuelvan a Dios y le sirvan y guarden Sus mandamientos” . En medio de esos tiempos difíciles, el presidente Smith se dio cuenta de que muchas personas se habían desanimado. Declaró: “He tenido el privilegio de estar en distintas partes de [los Estados Unidos] y es difícil encontrar personas que no sean extremadamente pesimistas a causa de condiciones sobre las que no tienen control alguno” . Mientras que reconocía que las guerras, los desastres naturales y el peligro espiritual forman parte de la vida en estos últimos días, el presidente Smith les enseñó a los santos que podían evitar gran parte de la angustia de esos tiempos peligrosos al vivir el Evangelio y resistir la tentación.


Se nos ha dicho que en los últimos días surgirán graves dificultades… No sólo se nos ha advertido en las Escrituras que se dieron en la época del Salvador y antes de ella, y en las que se dieron después, sino que en nuestro propio tiempo el Señor ha hablado y las revelaciones de nuestro Padre Celestial se encuentran en Doctrina y Convenios. Si leemos esas revelaciones, aprenderemos que las experiencias por las que estamos pasando fueron predichas… …La prensa de cada día nos informa de desastres en todas partes —las tempestades del mar y la pérdida de vidas a causa de ellas, terremotos, grandes tornados, como los que se nos ha dicho que ocurrirán en los últimos días— y me parece a mí, hermanos y hermanas, que si los hombres piensan con seriedad, si leen las Escrituras, deben saber que los acontecimientos que el Señor dijo que tendrían lugar en los últimos días están ocurriendo. La higuera ciertamente se está llenando de hojas [véase José Smith—Mateo 1:38–39], y los que son contemplativos deben saber que el verano se acerca, que esas cosas que el Señor ha predicho que precederán Su segunda venida se están verificando.

Todavía no estamos a salvo. A este mundo le espera una limpieza general, a menos que los hijos y las hijas de nuestro Padre Celestial se arrepientan de sus pecados y se vuelvan a Él. Y eso significa que los Santos de los Últimos Días, o los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, junto con todas las demás personas, pero nosotros, primero que nadie, deberíamos estar dando el ejemplo.

Nuestro hermano y ex presidente de la iglesia Gordon B. 

Hinckley


 dijo:


...Son ocasiones como éstas las que repentinamente nos hacen darnos cuenta que esta vida es frágil, que la paz es frágil, que la civilización misma es frágil. La economía en particular es vulnerable. Una y otra vez se nos ha aconsejado en cuanto a la autosuficiencia, en cuanto a las deudas, en cuanto a la frugalidad...

...No podemos proveer para toda contingencia, pero sí podemos proveer para muchas contingencias. Que la actual situación nos sirva de recordatorio de que eso es lo que debemos hacer.

Tal como se nos ha aconsejado continuamente durante más de 60 años, almacenemos alimentos que nos sostengan durante un tiempo en caso de necesidad, pero no nos llenemos de pánico ni nos vayamos a los extremos; seamos prudentes en todo respecto. Y sobre todo, mis hermanos y hermanas, sigamos adelante con fe en el Dios Viviente y en Su Hijo Amado.
Grandiosas son las promesas en cuanto a esta tierra de América. Inequívocamente se nos dice que “es una tierra escogida, y cualquier nación que la posea se verá libre de la esclavitud, y del cautiverio, y de todas las otras naciones debajo del cielo, si tan sólo sirve al Dios de la tierra, que es Jesucristo” (Éter 2:12). Éste es el meollo del asunto: la obediencia a los mandamientos de Dios...


...Ahora bien, todos sabemos que la guerra, la contención, el odio, el sufrimiento de la peor clase no son cosas nuevas. El conflicto que vemos hoy día es tan sólo otra expresión del conflicto que empezó con la guerra en los cielos. Cito del libro de Apocalipsis:

“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;
“pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
“Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo” (Apocalipsis 12:7–10).
Eso debió haber sido un terrible conflicto. Las fuerzas del mal luchaban contra las fuerzas del bien. El gran impostor, el hijo de la mañana, fue derrotado y desterrado, llevando consigo un tercio de las huestes de los cielos.
El libro de Moisés y el libro de Abraham proporcionan luz adicional en cuanto a esa lucha. Satanás habría despojado al hombre de su albedrío y hubiera tomado para sí todo el mérito, el honor y la gloria. En oposición a esto se encontraba el plan del Padre, el cual el Hijo afirmó que cumpliría, bajo el cual Él vino a la tierra y dio Su vida para expiar los pecados de la humanidad.
Desde los días de Caín hasta la actualidad, el adversario ha sido el gran organizador de los terribles conflictos que han traído tanto sufrimiento.
La traición y el terrorismo empezaron con él, y continuarán hasta que el Hijo de Dios regrese a gobernar y reinar con paz y rectitud entre los hijos y las hijas de Dios.
A través de las eras del tiempo, hombres y mujeres, muchos, muchos de ellos, han vivido y han muerto. Es posible que algunos mueran en el conflicto que está por venir. Para nosotros, y testificamos solemnemente de ello, la muerte no será el fin. Hay vida en el más allá tan ciertamente como la hay aquí. A través del gran plan que se convirtió en la esencia misma de la batalla en el cielo, los hombres seguirán viviendo.
Job preguntó: “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? (Job 14:14). Luego declaró: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo;
“Y después de desecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios;
“Al cual veré por mí mismo, y mis ojos lo verán, y no otro” (Job 19:25–27).
Ahora bien, hermanos y hermanas, debemos cumplir con nuestro deber cualquiera sea ese deber. Es posible que no tengamos paz por un tiempo; algunas de nuestras libertades se verán restringidas; quizás pasaremos inconvenientes; o tal vez incluso seamos llamados a sufrir de una manera u otra. Pero Dios nuestro Padre Eterno protegerá esta nación y a todo el mundo civilizado que acuda a Él. Él ha declarado: “Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová” (Salmos 33:12). Nuestra seguridad yace en el arrepentimiento. Nuestra fortaleza proviene de la obediencia a los mandamientos de Dios.
Oremos siempre; oremos por la rectitud; oremos por las fuerzas del bien. Tendamos una mano para ayudar a hombres y mujeres de buena voluntad de cualquier religión y doquiera que vivan. Permanezcamos firmes en contra del mal, tanto aquí como en el extranjero. Vivamos dignos de las bendiciones del cielo, reformando nuestra vida en lo que sea necesario, y al acudir a Él, el Padre de todos nosotros. Él ha dicho: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmos 46:10)...

REFERENCIAS:
Vivir con rectitud entiempos peligrosos






SI TE GUSTA NUESTRO TRABAJO DE COMPARTIR Y QUIERES APOYARNOS, RECUERDA QUE TENEMOS EL BOTÓN DONAR POR PAYPAL.

Pagina:


No hay comentarios